Los talleres ilegales generan un fraude fiscal a la Hacienda Pública de 230 millones de euros anuales, según la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam). Esta infracción deriva del impago del IVA, que no le cobran al cliente final, y de la evasión de impuestos fruto de su propia actividad, como son los tributos de Sociedades o el IRPF. Además, debido a que los empleados carecen de contrato de trabajo legal, no cotizan, por lo que estos centros también incurren en un fraude laboral que genera unas pérdidas cercanas a los 112,5 millones de euros anuales a la Seguridad Social (para una media de 1,5 empleados por taller).
Estos centros clandestinos representan el 20% del total, alrededor de 10.000 negocios de posventa que actuarían al margen de las reglas del mercado, sin atender a los criterios técnicos de calidad de Industria y Consumo y sin cumplir las obligaciones con el Fisco, la Seguridad Social ni la normativa medioambiental.
La competencia desleal también afecta al propio sector de la automoción, que perdió en la postventa más de 3.500 millones de euros en los últimos seis años y produjo el cierre de más de 6.200 talleres en este periodo.
Entre 2007 y 2013 el sector perdió más de 12 millones de reparaciones al año como consecuencia del déficit de matriculaciones que ha reducido en un 40% cuota de vehículos menores de cinco años, los más rentables para el taller, y, la creciente antigüedad del parque, donde cerca de un 50% supera los once años.
Estos centros clandestinos representan el 20% del total, alrededor de 10.000 negocios de posventa que actuarían al margen de las reglas del mercado, sin atender a los criterios técnicos de calidad de Industria y Consumo y sin cumplir las obligaciones con el Fisco, la Seguridad Social ni la normativa medioambiental.
La competencia desleal también afecta al propio sector de la automoción, que perdió en la postventa más de 3.500 millones de euros en los últimos seis años y produjo el cierre de más de 6.200 talleres en este periodo.
Entre 2007 y 2013 el sector perdió más de 12 millones de reparaciones al año como consecuencia del déficit de matriculaciones que ha reducido en un 40% cuota de vehículos menores de cinco años, los más rentables para el taller, y, la creciente antigüedad del parque, donde cerca de un 50% supera los once años.