Imaginad que un “Fitipaldi” va a una velocidad "X" por una carretera y de repente se tropieza con un atasco en un cambio de rasante. Todo “Fitipaldi” sabe que la distancia técnica de detención (distancia que se recorre desde que se alcanza el punto de inflexión del cambio de rasante, hasta que se detiene, viene determinado por lo siguiente:
- Velocidad a la que se circula y la masa del vehículo.
- Estado físico-mental del “fitipaldi”
- Estado del vehículo (frenos, neumáticos, amortiguadores…, estado del asfalto y estado del meteo)
Pues bien, supongamos que el “Fitipaldi” va atento a todo, y que de repente se encuentra con un atasco y pega un super frenazo; el resultado es que el coche ha recorrido dos distancias diferentes:
- Una es la que mientras el “Fitipaldi” analiza y procesa la información y pisa el pedal del freno.
- Y la otra ya con el freno pisado hasta que se detiene el coche.
La primera distancia, llamada de reacción, depende de que el “Fitipaldi vaya atento y de la velocidad del coche.
La segunda distancia, cuando está frenando, depende básicamente de un concepto físico llamado “Energía Cinética”, cuya magnitud se calcula en ½ * m * v²; es decir, la energía cinética del coche, depende linealmente de la masa del coche y cuadráticamente de la velocidad. Pues aquí es donde al “Fitipaldi” no le cuadra las Física y cree que puede correr donde no se puede. La distancia de reacción aumenta también con la velocidad. Ya que los “Fitipaldis” están por encima de la media en tiempo de reacción y sus coches son muchísimo mejores, nos centraremos en la parte indiscutible y no negociable de la “FÍSICA de la FRENADA” (cuando el “fitipaldi” lleva el pedal del freno pegado al suelo del coche.
Frenar el coche, consiste en “sacar” la energía cinética del mismo, y de eso se encargan los frenos. Aun cuando los frenos sean excepcionales y se encuentren en buen estado, su capacidad de frenado es constante: no frenan mejor porque vayamos más rápidos, más bien al revés: en un frenazo brusco pueden perder efectividad.
Volviendo al tema energético y considerando que el “Fitipaldi” circula por una carretera limitada a 100 y éste lo hace a 140km/h, la diferencia no parece mucho, pero si lo es. La diferencia de energía cinética entre ir a 100 ó a 140, sería:
-Ec a 100: 1/2 * m * (100)^2
-Ec a 140: 1/2 * m * (140)^2
-Ec140/Ec100 = (1,4)^2 = 1,96
Y aquí está lo que los “Fitipaldis” no entienden: al multiplicar la velocidad por 1'4, hemos multiplicado la energía cinética por 1,96. Eso significa que si el vehículo puede pasar de 100 a 0 en digamos, 35 metros, de 140 a 0 necesitará 70 metros. Porque la distancia de frenado NO SE INCREMENTA LINEALMENTE respecto de la velocidad. Y de nuevo recuerdo que la distancia de reacción será mayor, por lo que la distancia total de reacción se ha incrementado en más del doble. Seguro.
Si en zona urbana, en vez de a 50, el “Fitipaldi” circula a 100 km/h, está CUADRUPLICANDO la distancia de frenado y duplicando la de reacción. O sea: si a 50 km/h paramos el coche en 10 metros, a 100 necesitamos 45 metros. En esa diferencia, nos hemos podido pasar dos pasos de peatones que estén próximos.
Un “Fitipaldi”, que a 120 por autopista, necesita, más menos 50 metros para frenar el coche (más distancia de reacción a parte) a 190km/h necesitará 150 metros para frenar su coche, más la distancia de reacción.
Y todo esto ha sido pensando en el "mejor" de los casos, con un “Fitipaldi” que va atento a todo, y un coche capaz de frenar en distancias teóricas. Porque en el mundo real, el “Fitipaldi” no va tan atento, no reacciona tan rápido como cree, y su coche tampoco frena tanto ni tan bien.
El “Fitipaldi” medio circula con un coche tipo "autobús"(todoterrenos reconvertidos en coches de asfalto), con un peso (que no masa) de 2 toneladas métricas, tras haberse tomado un par de cañas y que va hablando por el móvil, gesticulando, mientras va esquivando a los demás conductores que van "tan despacio" que cualquiera diría que van parados.
Y llueve. Ahora viene el problema: al ir demasiado rápido, entre que el “Fitipaldi” ve el atasco, le llega la sangre a la cabeza, parpadea dos veces, y decide pisar el pedal de freno, pasa 1,5 segundos. Eso siendo muy generosos, que tardará más. A 190 km/h, en 1,5 segundos su vehículo recorre 79 metros. Si no se ha comido ya todos los coches que tenía delante, comienza la frenada que, por estar lloviendo y llevar un coche sobredimensionado, digamos que es capaz de frenar de 100 a 0 en 45 metros en seco. Pero claro, va a 190 y en mojado, lo que le multiplica la distancia de frenado por 1,5. Es decir: 5,42 veces más espacio para frenar, lo que nos deja 243 metros.
Resumiendo: a 190 km/h y suelo mojado, con el “Fitipaldi” descentrado, va a necesitar 322 metros para detenerse. En realidad, bastante menos. Porque antes de llegar a 322 metros recorridos, se estampará contra otro coche, más pequeño, matando a los que están dentro y quizá a los del coche de delante. Pero tranquilos, que ha sido un accidente. Que él sabe correr porque ha superado las enseñanzas de la autoescuela, y además no iba tan rápido.
Saludos a todos.
Bertone.