En plena carrera espacial, General Motors asoció sus Corvettes a los astronautas americanos. Esta es la historia de una asociación ya legendaria.
Esta semana nos hemos acordado mucho del espacio exterior y de los astronautas cuando nos enteramos de que moría Neil Amstrong, el priemr hombre en pisar la superficie lunar. A esta triste noticia se unió el primer paseo del Curiosity por Marte, lo que al final te empuja a ver una web, y otra… hasta dar con historias fantásticas como esta. Y es que, en plena carrera espacial, General Motors regalaba Corvettes a los astronautas americanos.
En 1961, hace 51 añosy unos meses, Alan Shepard se convirtió en el primer estadounidense en viajar al espacio exterior (el segundo humano, tras Yuri Gagarin), en una misión del Mercury que no tenía como objetivo llegar tan lejos… El caso es que, a su regreso a la Tierra y para premiar su hazaña, GM le hizo entrega de un Corvette de 1962.
Ahí empezó la conexión de los Corvettes y los astronautas… aunque cuando Shepard, que por cierto, fue el quinto humano en pisar la luna, entró en la formación Space Program en abril de 1959, ya llevó su Corvette de 1957. Dicen que acabó siendo propietario de al menos diez Corvettes en su vida y acabó compartiendo su entusiasmo por este mítico automóvil deportivo, con los que se entrenaban con él para convertirse en los primeros astronautas.
Astronautas con sus tres Corvette Sting Ray idénticos de 1969
¿Porqué esa pasión? Lo explica bien John Dillon TR III, ingeniero de seguridad en el Centro Espacial Kennedy, que también es dueño de un Corvette y miembro del Cabo Kennedy Corvette Club, que contaba ya con cuatro astronautas entre sus miembros cuando fue fundada en 1967: “Todos los astronautas eran pilotos de prueba por aquel entonces. Volaban en cazas y moverse en coches de alto rendimiento, afinaba la conducción y la aceleración y así sucesivamente”.
Poco después del vuelo histórico de Shepard, Ed Cole se presentó ante sus compañeros con un nuevo Corvette blanco, año 1962. El coche había sido equipado por los diseñadores de GM con un interior personalizado que se inspiraba en la era espacial. General Motors no tenía como rutina regalar coches, así que la conexión Corvette-astronauta podría haberse convertido en totalmente una coincidencia… de no haber entrado en escena Jim Rathmann, distribuidor de Chevrolet en Florida.
Tras ganar las 500 millas de Indianapolis como piloto profesional en 1960, Rathmann abrió un concesionario de Chevrolet-Cadillac en Melbourne, Florida, cerca del centro espacial. Fue él quien negoció un acuerdo de alquiler especial con Chevrolet para poner astronautas en Corvettes. Así, seis de los astronautas del Mercury firmarían ese contrato de arrendamiento especial Corvette, aunque John Glenn eligió una camioneta Chevy para poder llevar a su familia. Durante esa época hubo duelos espectaculares entre Shepard y su compañero del Mercury Virgil “Gus” Grissom (que tenía un Corvette de 1967) por las carreteras de dos carriles que rodeaban el centro espacial.
Poco después, en 1969, los astronautas del Apolo 12, Dick Gordon, Charles Conrad y Alan Bean pedían nuevos Corvettes a través de Rathmann. Todos iguales, Corvettes Sting Ray 427 con 390 CV, con la trsera en un negro especial y el frontal dorado. Fue entonces cuando la NASA empezó a preocuparse, después de que la revista LIFE publicase unas fotos de los astronautas con sus Corvettes. ¿Podrían estar haciendo publicidad ilícita?
Por cierto, 40 años después, Top Gear fue a conocer el Corvette especial de Alan Bean:
Pese a las preocupaciones de la NASA, apareció otra famosa foto de un trío de astronautas con sus Corvettes, en junio de 1971. Eran los miembros de la tripulación de la misión lunar Apolo 15: Jim Irwin, Worden Al y Dave Scott. La tienes más abajo. Posaban con sus deportivos y con una versión de entrenamiento del vehículo lunar Rover (LRV) que iban a probar en la luna. El “vehículo lunar”, como también era apodado, utilizaba un sistema de movilidad construido, como no por General Motors. Los Corvette de los tripulantes del Apolo 15 tenían cada uno de un color diferente… rojo, blanco y azul. Dos franjas en el capó, imitando a los coches de carreras, completaban los colores de la bandera estadounidense.
Los Corvette más patrióticos junto al "vehículo lunar".
El 7 de mayo de 2011, 30 de los astronautas supervivientes se reunieron en Cocoa Beach, Florida, donde participaron en un desfile para conmemorar el 50 aniversario del histórico vuelo espacial de Shepard. Como no, cada astronauta paseó subido a un Corvette de la generación existente en el momento de su misión (estaban presentes las seis generacdiones del deportivo, desde 1953). Este vídeo de Chevrolet recuerda aquel momento, donde algunos de los astronautas hablan de su ya legendaria asociación con Corvette: