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En este caso nos vamos hasta Alemania, donde el preparador Pogea Racing ha actualizado al Siglo XXI un precioso Chevrolet Corvette de primera generación, fabricado en 1959. El resultado final rompe la esencia del clásico, pero merece la pena echarle un vistazo.
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En primer lugar, en lugar del clásico V8 de 4,6 litros y en torno a 230 CV, Pogea ha instalado un brutal 6.2 V8 LS3 de origen General Motors. Dicho motor ha sido aderezado con colectores Edelbrock, los inyectores del 7.0 LS7 V8 y una nueva admisión, con lo que se eleva su potencia hasta los 485 CV, con un par motor que ya alcanza los 585 Nm. Como no podía ser de otra manera, toda la potencia pasa al tren trasero a través de una caja de cambios manual de cinco relaciones.
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Las prestaciones son muy superiores a las del vehículo original, siendo capaz de acelerar hasta los 100 km/h en sólo 3,9 segundos y alcanzar una velocidad punta de 288 km/h. El equipo de frenado procede de un Corvette C5, del que toma elementos como discos delanteros ventilados de 330 mm de diámetro. El coche se sienta sobre llantas Pogea Racing de 19 pulgadas que en el eje trasero llevan unos auténticos rodillos de apisonadora de 305 mm de sección y un perfil de sólamente 30.
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Los pasos de rueda traseros tuvieron que rediseñarse para que cupiesen semejantes ruedas. Un detalle importante de esta preparación es que el chasis del coche no es el original. Se ha fabricado un nuevo chasis tubular en exclusiva para este ejemplar único. La pintura exterior es un color Rosso Ferrari, que me parece que no encaja demasiado con el espíritu del coche. Lo mismo se puede decir del habitáculo o de unas llantas que me parecen totalmente desproporcionadas.
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En el interior del coche hay tapizados bicolor en asientos y salpicadero, una combinación de rojo y blanco que no me termina de convencer, culpa también de detalles como un volante de aftermarket. Al menos, hay que reconocer que el trabajo de adaptar la instrumentación clásica a escalas modernas es simplemente perfecto. A continuación os dejamos una galería en alta resolución y una pregunta abierta: ¿es una obra maestra o se trata de un insulto al legado del Corvette?
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En este caso nos vamos hasta Alemania, donde el preparador Pogea Racing ha actualizado al Siglo XXI un precioso Chevrolet Corvette de primera generación, fabricado en 1959. El resultado final rompe la esencia del clásico, pero merece la pena echarle un vistazo.
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En primer lugar, en lugar del clásico V8 de 4,6 litros y en torno a 230 CV, Pogea ha instalado un brutal 6.2 V8 LS3 de origen General Motors. Dicho motor ha sido aderezado con colectores Edelbrock, los inyectores del 7.0 LS7 V8 y una nueva admisión, con lo que se eleva su potencia hasta los 485 CV, con un par motor que ya alcanza los 585 Nm. Como no podía ser de otra manera, toda la potencia pasa al tren trasero a través de una caja de cambios manual de cinco relaciones.
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Los pasos de rueda traseros tuvieron que rediseñarse para que cupiesen semejantes ruedas. Un detalle importante de esta preparación es que el chasis del coche no es el original. Se ha fabricado un nuevo chasis tubular en exclusiva para este ejemplar único. La pintura exterior es un color Rosso Ferrari, que me parece que no encaja demasiado con el espíritu del coche. Lo mismo se puede decir del habitáculo o de unas llantas que me parecen totalmente desproporcionadas.
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En el interior del coche hay tapizados bicolor en asientos y salpicadero, una combinación de rojo y blanco que no me termina de convencer, culpa también de detalles como un volante de aftermarket. Al menos, hay que reconocer que el trabajo de adaptar la instrumentación clásica a escalas modernas es simplemente perfecto. A continuación os dejamos una galería en alta resolución y una pregunta abierta: ¿es una obra maestra o se trata de un insulto al legado del Corvette?
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