Los peatones mayores de 65 años son el colectivo con mayor riesgo de muerte en caso de atropello, según un informe elaborado por la Fundación Mapfre, en el que se destaca que el 50 por ciento de los atropellos mortales a mayores sucede en un paso de cebra.
La Fundación Mapfre, ante ello, considera necesario concienciar a peatones y conductores sobre la vulnerabilidad de los mayores, al tiempo que incide en la importancia de mejorar el mantenimiento y el diseño de las vías. Mapfre, en particular, menciona la necesidad de fomentar el uso de prendas reflectantes en este colectivo, así como la necesidad de implementar sistemas de detección de peatones en el vehículo. Estas medidas contribuirían a reducir un tipo de accidentes, los que involucran a personas mayores, que en 2013 crecieron un 8% respecto al año anterior, ya que murieron 222 peatones mayores, 16 más que en 2012.
Así lo refleja el informe ‘Atropellos y personas mayores: lesiones, factores y propuestas’, dado a conocer por la Fundación para valorar las consecuencias, circunstancias y factores que intervienen en este tipo de accidentes. El informe, realizado sobre una muestra de 12.000 atropellos, a partir de un análisis en profundidad de las situaciones en las que sucedieron 82 siniestros mortales. En casi cuatro de cada cinco atropellos (79% de los casos), el conductor se considera principal o parcialmente responsable del siniestro, mientras que casi uno de cada tres (29%) el peatón se considera autor del mismo. En numerosas ocasiones, el impacto se produce a velocidades muy bajas, sin apenas daños en los vehículos, y, pese a ello, las consecuencias resultan fatales para los peatones mayores, ya sea de modo inmediato o varios meses después del siniestro. En este sentido, del estudio se desprende que el 84% de los peatones fallecidos pierden la vida en calles y travesías urbanas.
Las zonas del cuerpo que más lesiones sufren son los miembros inferiores, cadera y piernas (representan el 28,7%), así como el tronco (23,2%). Los impactos en la cabeza, que suponen el 12,7% del total de lesiones, son responsables de la mayor parte de fallecimientos. De hecho, casi seis de cada diez víctimas mortales (58%) han sufrido traumatismo craneoencefálico en dicho periodo. El origen de estos accidentes suele encontrarse en vehículos que giran a la izquierda en intersecciones o dando marcha atrás, conductores distraídos que no respetan los pasos de cebra y peatones que cruzan calzadas por lugares indebidos. Entre las medidas que propone la Fundación Mapfre destacan las relacionadas con el factor humano, como mejorar la concienciación de los conductores sobre la vulnerabilidad de los mayores, entre los que hay que promover el uso de ropa clara con elementos fluorescentes y reflectantes. También se recomienda a los centros de mayores, los ayuntamientos y a la policía local que se impliquen en mayor medida para mejorar la seguridad vial de este colectivo. Un dato del informe que llama la atención es que en los atropellos nocturnos estudiados o en aquellos con luz natural insuficiente que se produjeron fuera de la ciudad ninguno de los peatones fallecidos utilizó elementos reflectantes o chalecos. Entre las medidas a adoptar relacionadas con la vía se propone reforzar el mantenimiento de estos lugares, mejorando su iluminación y señalización, empleando reductores de velocidad y elevando los pasos de cebra, que obligan a los conductores a reducir la velocidad. En los vehículos, el informe sugiere la instalación de sistemas de detección de peatones con frenada automática, que permiten evitar el 40% de los fallecimientos por atropello, y los sistemas de detección de obstáculos traseros, como sensores y cámaras de visión.
La Fundación Mapfre, ante ello, considera necesario concienciar a peatones y conductores sobre la vulnerabilidad de los mayores, al tiempo que incide en la importancia de mejorar el mantenimiento y el diseño de las vías. Mapfre, en particular, menciona la necesidad de fomentar el uso de prendas reflectantes en este colectivo, así como la necesidad de implementar sistemas de detección de peatones en el vehículo. Estas medidas contribuirían a reducir un tipo de accidentes, los que involucran a personas mayores, que en 2013 crecieron un 8% respecto al año anterior, ya que murieron 222 peatones mayores, 16 más que en 2012.
Así lo refleja el informe ‘Atropellos y personas mayores: lesiones, factores y propuestas’, dado a conocer por la Fundación para valorar las consecuencias, circunstancias y factores que intervienen en este tipo de accidentes. El informe, realizado sobre una muestra de 12.000 atropellos, a partir de un análisis en profundidad de las situaciones en las que sucedieron 82 siniestros mortales. En casi cuatro de cada cinco atropellos (79% de los casos), el conductor se considera principal o parcialmente responsable del siniestro, mientras que casi uno de cada tres (29%) el peatón se considera autor del mismo. En numerosas ocasiones, el impacto se produce a velocidades muy bajas, sin apenas daños en los vehículos, y, pese a ello, las consecuencias resultan fatales para los peatones mayores, ya sea de modo inmediato o varios meses después del siniestro. En este sentido, del estudio se desprende que el 84% de los peatones fallecidos pierden la vida en calles y travesías urbanas.
Las zonas del cuerpo que más lesiones sufren son los miembros inferiores, cadera y piernas (representan el 28,7%), así como el tronco (23,2%). Los impactos en la cabeza, que suponen el 12,7% del total de lesiones, son responsables de la mayor parte de fallecimientos. De hecho, casi seis de cada diez víctimas mortales (58%) han sufrido traumatismo craneoencefálico en dicho periodo. El origen de estos accidentes suele encontrarse en vehículos que giran a la izquierda en intersecciones o dando marcha atrás, conductores distraídos que no respetan los pasos de cebra y peatones que cruzan calzadas por lugares indebidos. Entre las medidas que propone la Fundación Mapfre destacan las relacionadas con el factor humano, como mejorar la concienciación de los conductores sobre la vulnerabilidad de los mayores, entre los que hay que promover el uso de ropa clara con elementos fluorescentes y reflectantes. También se recomienda a los centros de mayores, los ayuntamientos y a la policía local que se impliquen en mayor medida para mejorar la seguridad vial de este colectivo. Un dato del informe que llama la atención es que en los atropellos nocturnos estudiados o en aquellos con luz natural insuficiente que se produjeron fuera de la ciudad ninguno de los peatones fallecidos utilizó elementos reflectantes o chalecos. Entre las medidas a adoptar relacionadas con la vía se propone reforzar el mantenimiento de estos lugares, mejorando su iluminación y señalización, empleando reductores de velocidad y elevando los pasos de cebra, que obligan a los conductores a reducir la velocidad. En los vehículos, el informe sugiere la instalación de sistemas de detección de peatones con frenada automática, que permiten evitar el 40% de los fallecimientos por atropello, y los sistemas de detección de obstáculos traseros, como sensores y cámaras de visión.