La Historia nos lleva al 20 de diciembre de 1973, frente al número 104 de la madrileña calle de Claudio Coello. Allí, el entonces presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, perdía la vida tras sufrir un atentado dentro de su automóvil oficial junto a su chófer, José Luis Pérez Mogena y al inspector de policía José Antonio Bueno Fernández, que viajaba en el asiento del copiloto.
Carrero Blanco se trasladaba en un Dodge modelo 3700 GT negro, con matrícula PMM-16416. El automóvil fue dado de alta en el Parque Móvil Ministerial el 30 de diciembre de 1971. Al igual que la mayoría de unidades similares del PMM, este Dodge, con chasis número 2B9P001830, pertenecía a la primera serie de vehículos ensamblados en la factoría Chrysler de Villaverde. El Dodge no era blindado. Sin embargo, el chasis soportó el efecto de la enorme deflagración provocada por 100 kg de dinamita colocados bajo el asfalto. Esto hizo que los casi 1800 kg ascendieran en paralelo a la fachada trasera de la iglesia de San Francisco de Borja, de aproximadamente 30 metros de altura, para, rompiendo la cornisa superior y tras rodar por el tejado, ir a caer 10 metros más abajo, en una galería del inmueble.
Tras el atentado, los restos del coche fueron llevados al Parque Móvil de los Ministerios Civiles. Allí permaneció hasta el 8 de agosto de 1979, fecha en la que fue cedido por la Dirección General del Patrimonio del Estado al Museo del Ejército. Estuvo expuesto en la planta de Artillería, pero durante la primera mitad de 1987 fue retirado del museo. A partir de esta fecha, el vehículo comienza un complejo y sorprendente periplo, desconocido hasta ahora. Gracias a la documentación aportada por los Ministerios de Defensa, de Hacienda y el Parque Móvil del Estado, ahora se ha podido conocer que el 12 de julio del 87 es transportado a la Academia de Infantería de Toledo (muy cerca del Alcázar, futura nueva sede del museo) y el 11 de diciembre es almacenado en la Sección Delegada del Museo del Ejército.
El 26 de diciembre de 2002, el Dodge regresa nuevamente a Madrid, dentro del traslado general de todos los fondos ya que, tras varios años de demora, se va a comenzar la rehabilitación del Álcázar. Tiempo después, la mayor parte de esos fondos vuelven a Toledo, salvo el Dodge.
El pasado 7 de julio, el vehículo se llevó al Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos de Rueda de Torrejón de Ardoz, lugar donde se encuentra el Museo del Automóvil del Ejército. Ahora con registro militar número 7994, va a permanecer en ese lugar cedido por espacio de cinco años, aunque todo indica que este será su destino definitivo. Ha vuelto a ser expuesto 27 años después.
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