por Zoroastra Jue 26 Jun 2014 - 8:55
Insisto en que el regalo forma parte de la imagen corporativa del concesionario y debe tratarse de un detalle inesperado que, por ese mismo motivo, resulta grato al cliente y afianza su credibilidad en la marca y su confianza. El resto, el equipamiento, es mero objeto de una negociación. Cuando se mezcla un concepto con el otro, aparece el desagravio, las comparaciones odiosas, el enchufismo y todas aquellas conductas deplorables que inciden en la mediocridad. El futuro será la compra online y ahí no hay detalles, ni regateo, solo buen servicio, atención al cliente y eficacia en la operación (al menos en teoría). Ahí está el ejemplo de esos grandes almacenes que se han labrado una gran reputación porque son capaces de cambiar cualquier producto que haya sido rechazado por cualquier motivo por un cliente: ¿habéis probado alguna vez a regatear o pedir rebaja en estos grandes almacenes? Quiero que me den un buen servicio y no estoy dispuesto a clamar por un llavero. Saludos.