Cien años después de que el Gran Premio del Automóvil Club de Francia (ACF) se disputase en Lyon por primera vez, Opel trajo de vuelta los tres coches que participaron por entonces, para que lo hagan ahora de nuevo y en el mismo lugar.
Este Gran Premio, considerado el predecesor de la competición automovilística moderna y profesional que tenemos ahora, se venía celebrando desde 1906, pero cambiando su ubicación cada año. A pesar de las tensiones existentes en 1914 en Europa, en lasvísperas de la Primera Guerra Mundial, la ACF mantuvo la carrera.
Un total de 14 fabricantes representando a 6 países, tomarían parte en un recorrido de 37,6 km al que había que dar un total de 20 vueltas. Prácticamente 750 km, con salida y llegada en Brignais, al sudeste de Lyon. Casi 300.000 espectadores siguieron la carrera desde las tribunas o los bordes de la carretera de este circuito urbano, que en la actualidad se mantiene sin apenas modificaciones.
Las normativas para poder inscribir a los coches era clara: motor de 4,5 litros, usar árbol de transmisión en lugar de la habitual cadena y un peso limitado a 1.100 kg. Opel inscribió tres vehículos, con una tecnología de cuatro válvulas por cilindro distribución vertical y árbol de levas en culata. Con su carrocería "torpedo", podían llegar a alcanzar los 160 km/h como velocidad máxima.
A los mandos de estos tres coches estaban Carl Jörns, Emil Erndtmann y Franz Breckheimer, todos ellos acompañados por mecánicos para que controlasen los indicadores y agujas e incrementasen la presión del depósito de combustible en caso de que fuese necesario. Las ruedas delanteras no tenían freno, y los frenos traseros de tambor eran activados con una palanca. El pedal derecho hacía funcionar otro tambor como freno en el árbol de transmisión, el del centro era el acelerador y el embrague estaba en el izquierdo, con una palanca en el exterior para cambiar sus cuatro marchas.
La carrera fue un duelo entre Alemania y Francia, con Mercedes y Peugeot-Delage como marcas destacadas. Tras más de ocho horas al volante, Jörns acabó la carrera en décimo lugar, siendo el único Opel que acabó la prueba.
Ahora, un siglo después, esos mismos coches volvieron a circular por aquel circuito histórico. Uno de ellos proviene de la colección histórica de Adam Opel AG, otro fue prestado por su propietario de Munsterland y el tercero, el propio coche de Carl Jörns, ha viajado desde California.
Y no estarán solos, puesto que los acompañará otro Opel histórico, el"Monstruo Verde" de 1912. Con un motor de 12,3 litros, 260 caballos de potencia y un par de 700 Nm, no pudo participar en el Gran Premio de 1914 al excederse en los requisitos para inscribirse. Esta vez no tuvo problemas, puesto que el evento, abierto a todos los coches sport y de competición construidos antes de 1956, ya no es una carrera, sino una prueba de demostración de coches históricos.
Fuente:http://www.elmundo.es/motor/2014/05/08/5368c246268e3ea9638b456e.html
Este Gran Premio, considerado el predecesor de la competición automovilística moderna y profesional que tenemos ahora, se venía celebrando desde 1906, pero cambiando su ubicación cada año. A pesar de las tensiones existentes en 1914 en Europa, en lasvísperas de la Primera Guerra Mundial, la ACF mantuvo la carrera.
Un total de 14 fabricantes representando a 6 países, tomarían parte en un recorrido de 37,6 km al que había que dar un total de 20 vueltas. Prácticamente 750 km, con salida y llegada en Brignais, al sudeste de Lyon. Casi 300.000 espectadores siguieron la carrera desde las tribunas o los bordes de la carretera de este circuito urbano, que en la actualidad se mantiene sin apenas modificaciones.
Las normativas para poder inscribir a los coches era clara: motor de 4,5 litros, usar árbol de transmisión en lugar de la habitual cadena y un peso limitado a 1.100 kg. Opel inscribió tres vehículos, con una tecnología de cuatro válvulas por cilindro distribución vertical y árbol de levas en culata. Con su carrocería "torpedo", podían llegar a alcanzar los 160 km/h como velocidad máxima.
A los mandos de estos tres coches estaban Carl Jörns, Emil Erndtmann y Franz Breckheimer, todos ellos acompañados por mecánicos para que controlasen los indicadores y agujas e incrementasen la presión del depósito de combustible en caso de que fuese necesario. Las ruedas delanteras no tenían freno, y los frenos traseros de tambor eran activados con una palanca. El pedal derecho hacía funcionar otro tambor como freno en el árbol de transmisión, el del centro era el acelerador y el embrague estaba en el izquierdo, con una palanca en el exterior para cambiar sus cuatro marchas.
La carrera fue un duelo entre Alemania y Francia, con Mercedes y Peugeot-Delage como marcas destacadas. Tras más de ocho horas al volante, Jörns acabó la carrera en décimo lugar, siendo el único Opel que acabó la prueba.
Ahora, un siglo después, esos mismos coches volvieron a circular por aquel circuito histórico. Uno de ellos proviene de la colección histórica de Adam Opel AG, otro fue prestado por su propietario de Munsterland y el tercero, el propio coche de Carl Jörns, ha viajado desde California.
Y no estarán solos, puesto que los acompañará otro Opel histórico, el"Monstruo Verde" de 1912. Con un motor de 12,3 litros, 260 caballos de potencia y un par de 700 Nm, no pudo participar en el Gran Premio de 1914 al excederse en los requisitos para inscribirse. Esta vez no tuvo problemas, puesto que el evento, abierto a todos los coches sport y de competición construidos antes de 1956, ya no es una carrera, sino una prueba de demostración de coches históricos.
Fuente:http://www.elmundo.es/motor/2014/05/08/5368c246268e3ea9638b456e.html