Los colores del semáforo
Rojo, amarillo y… ¡verde!
Estos son los colores del semáforo, pero… ¿por qué no azul, naranja y violeta? o ¿rosa, añil y morado?
Se puede considerar como antecedente del semáforo las luces de tránsito que se instalaron en el exterior del parlamento británico de Westminster el 10 de diciembre de 1868.
J.P. Knight —ingeniero especialista en señales de ferrocarril— montó un dispositivo a imitación de las señales del ferrocarril para regular el tráfico entre la avenida principal y la calle 105. El ingenio disponía de dos brazos móviles que se accionaban moviendo unos cables desde una torre y emitía un zumbido para dar el paso a una calle y dos para dar el paso a la otra. También disponía de dos lámparas de gas (una roja y otra verde) que se utilizaban por la noche.
Aunque el primer semáforo con las mismas características de los actuales no apareció hasta el 4 de agosto de 1914, cuando William L. Potts introdujo el ámbar en el semáforo instalado en un cruce de la ciudad de Cleveland (Estados Unidos). Tenía las luces colocadas sobre unos soportes en forma de brazos y también emitía zumbidos.
Pero todavía sigue pendiente la explicación de por qué unos colores y no otros.
El espectro electromagnético de la luz abarca las ondas de radio, las microondas, los rayos infrarrojos, la luz visible, la radiación ultravioleta, los rayos X y los rayos gamma, cada uno de ellos con una determinada longitud de onda.
Nuestro ojo está adaptado para distinguir tan solo unas determinadas longitudes de onda, las que corresponden a la luz visible. Estas longitudes de onda oscilan aproximadamente entre los 380 nanómetros del color violeta a los 700 nanómetros del color rojo. Pero el ojo humano no es igual de sensible a todas las longitudes de onda que forman la luz diurna. De hecho, tiene su máximo para un valor de 555 nanómetros que corresponde a un tono amarillo verdoso. A medida que nos alejamos del máximo hacia los extremos del espectro (rojo y violeta) esta sensibilidad va disminuyendo. Es por ello que las señales de peligro y advertencia, la iluminación de emergencia o las luces antiniebla son de color amarillo.
colores primariosAhora bien, los fotoreceptores oculares responden a la luz roja, a la verde y a la azul y el cerebro codifica la información de color recibida en pares antagónicos rojo-verde y azul-amarillo (como suma de rojo+verde). Es decir que una mayor excitación del rojo se logra en detrimeto del verde y viceversa.
Como el amarillo ya está elegido para expresar la alerta, el cuidado y la precaución, el par obvio es el rojo-verde. El rojo, como color cálido, es mucho más llamativo que el verde que es un color frío. Como es más importante, en evitación de accidentes, detener que dar paso, se eligió el color rojo para detener el paso y el verde para darlo.
Rojo, amarillo y… ¡verde!
Estos son los colores del semáforo, pero… ¿por qué no azul, naranja y violeta? o ¿rosa, añil y morado?
Se puede considerar como antecedente del semáforo las luces de tránsito que se instalaron en el exterior del parlamento británico de Westminster el 10 de diciembre de 1868.
J.P. Knight —ingeniero especialista en señales de ferrocarril— montó un dispositivo a imitación de las señales del ferrocarril para regular el tráfico entre la avenida principal y la calle 105. El ingenio disponía de dos brazos móviles que se accionaban moviendo unos cables desde una torre y emitía un zumbido para dar el paso a una calle y dos para dar el paso a la otra. También disponía de dos lámparas de gas (una roja y otra verde) que se utilizaban por la noche.
Aunque el primer semáforo con las mismas características de los actuales no apareció hasta el 4 de agosto de 1914, cuando William L. Potts introdujo el ámbar en el semáforo instalado en un cruce de la ciudad de Cleveland (Estados Unidos). Tenía las luces colocadas sobre unos soportes en forma de brazos y también emitía zumbidos.
Pero todavía sigue pendiente la explicación de por qué unos colores y no otros.
El espectro electromagnético de la luz abarca las ondas de radio, las microondas, los rayos infrarrojos, la luz visible, la radiación ultravioleta, los rayos X y los rayos gamma, cada uno de ellos con una determinada longitud de onda.
Nuestro ojo está adaptado para distinguir tan solo unas determinadas longitudes de onda, las que corresponden a la luz visible. Estas longitudes de onda oscilan aproximadamente entre los 380 nanómetros del color violeta a los 700 nanómetros del color rojo. Pero el ojo humano no es igual de sensible a todas las longitudes de onda que forman la luz diurna. De hecho, tiene su máximo para un valor de 555 nanómetros que corresponde a un tono amarillo verdoso. A medida que nos alejamos del máximo hacia los extremos del espectro (rojo y violeta) esta sensibilidad va disminuyendo. Es por ello que las señales de peligro y advertencia, la iluminación de emergencia o las luces antiniebla son de color amarillo.
colores primariosAhora bien, los fotoreceptores oculares responden a la luz roja, a la verde y a la azul y el cerebro codifica la información de color recibida en pares antagónicos rojo-verde y azul-amarillo (como suma de rojo+verde). Es decir que una mayor excitación del rojo se logra en detrimeto del verde y viceversa.
Como el amarillo ya está elegido para expresar la alerta, el cuidado y la precaución, el par obvio es el rojo-verde. El rojo, como color cálido, es mucho más llamativo que el verde que es un color frío. Como es más importante, en evitación de accidentes, detener que dar paso, se eligió el color rojo para detener el paso y el verde para darlo.