Cómo detectar problemas en los frenos del coche
Los frenos están muy sometidos al desgaste y son claves para la seguridad. Repasamos cómo detectar ocho posibles problemas para que sepas cómo actuar.
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Hemos hablado en numerosas ocasiones del triángulo de la seguridad de nuestro coche: amortiguadores, neumáticos y frenos. Son los tres elementos clave que debemos controlar a la hora de mantener el vehículo.
Como ya habíamos explicado cómo detectar problemas en los amortiguadores y también detectar problemas en los neumáticos para saber cuándo cambiarlos, ha llegado la hora de conocer la forma de saber si los frenos de tu coche funcionan bien. Aunque aquí intentamos enseñar cuáles son los problemas más comunes en los frenos y cómo renocerlos, ante cualquier problema que detectes, acude a tu mecánico. No te la juegues.
Pedal de freno con más recorrido
Es posible que el líquido de frenos esté bajo o en mal estado (o que exista alguna fuga en el circuito). También puede que las pastillas de freno estén muy gastadas (lo mejor es sustituirlas).
Pedal de freno con menos recorrido
Las piezas que provocan la extensión o la retracción de las partes móviles pueden estar defectuosas. Si el pedal no vuelve de forma normal a su posición inicial, lleva el coche al taller (aunque en realidad, siempre que hablamos de frenos es recomendable llevar el coche a un lugar especializado).
Pedal esponjoso
Las mangueras de freno pueden estar deformadas, así que la presion del fluido expande la manguera, amortiguando la presion que debe llegar a los pistones o mordazas. También podría deberse a la presencia de aire en el sistema hidráulico, o a que el líquido de frenos sea deficiente o esté mezclado con agua. O incluso que el pistón de la pinza o la propia pinza esté gripada. Lo mejor en este caso es una revision general del sistema de frenos.
Pedal demasiado duro
Si tu pedal de freno ofrece mucha resistencia, puede que las pastillas estén sucias o manchadas, que haya un problema en el pistón de la pinza, problemas con el líquido de frenos, que las pastillas estén cristalizadas. También que los discos de freno estén dañados, o que haya fallado el servofreno, y por eso cuesta más activar el pedal.
Una rueda (al menos) se bloquea
Alguna parte del sistema no trabaja correctamente, o está agarrotada, obstruida o hinchada. También puede deberse a una pastilla de freno defectuosa o a que el cable del freno de mano esté enganchado, con lo cual estaría funcionando aún al quitar el freno de estacionamiento.
El pedal de freno vibra
Sin confundir las vibraciones con las que se notan cuando el ABS entra en acción, puede que tengamos los discos alabeados o los rodamientos de la rueda gastados. También es posible que debas cambiar pastillas y discos de freno…. o que las ruedas estén mal equilibradas.
Frena poco en caliente
Es posible que las pastillas sean de mala calidad o que hacen mal contacto, o que los discos sean muy delgados. Si ocurre sólo cuando vas rápido y frenas muy a fondo, tranqilo: eso es el fadding, el exceso de trabajo que sometes al sistema de frenado y pierde eficacia con la temperatura (usa más el freno motor o vete algo más tranquilo. Espera a que se enfríen los frenos para continuar).
El coche oscila hacia un lado
Puede que las pastillas de un lado estén sucias, haberse cristalizado o impregnadas de grasa o líquido de frenos. Pero puede que no sea de los frenos directamente, sino que los neumáticos no tengan la presión correcta o incluso rótulas o amortiguadores en mal estado.
Se nota un chirrido al frenar
Puede ser desde suciedad en las pastillas, que estén muy desgastadas o sean de baja calidad. También que rocen las pastillas contra el caliper o que falte alguna pieza. O que los discos estén en mal estado.
Los profesionales recomiendan revisar los frenos al menos una vez al año. Si notas cualquier pérdida de efectividad, acude al taller. Tu seguridad depende de ello. Te recomendamos este artículo sobre con diez trucos para mantener los frenos en buen estado.
Fuentes: Espacio Toyota, Automecánico
Los frenos están muy sometidos al desgaste y son claves para la seguridad. Repasamos cómo detectar ocho posibles problemas para que sepas cómo actuar.
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Hemos hablado en numerosas ocasiones del triángulo de la seguridad de nuestro coche: amortiguadores, neumáticos y frenos. Son los tres elementos clave que debemos controlar a la hora de mantener el vehículo.
Como ya habíamos explicado cómo detectar problemas en los amortiguadores y también detectar problemas en los neumáticos para saber cuándo cambiarlos, ha llegado la hora de conocer la forma de saber si los frenos de tu coche funcionan bien. Aunque aquí intentamos enseñar cuáles son los problemas más comunes en los frenos y cómo renocerlos, ante cualquier problema que detectes, acude a tu mecánico. No te la juegues.
Pedal de freno con más recorrido
Es posible que el líquido de frenos esté bajo o en mal estado (o que exista alguna fuga en el circuito). También puede que las pastillas de freno estén muy gastadas (lo mejor es sustituirlas).
Pedal de freno con menos recorrido
Las piezas que provocan la extensión o la retracción de las partes móviles pueden estar defectuosas. Si el pedal no vuelve de forma normal a su posición inicial, lleva el coche al taller (aunque en realidad, siempre que hablamos de frenos es recomendable llevar el coche a un lugar especializado).
Pedal esponjoso
Las mangueras de freno pueden estar deformadas, así que la presion del fluido expande la manguera, amortiguando la presion que debe llegar a los pistones o mordazas. También podría deberse a la presencia de aire en el sistema hidráulico, o a que el líquido de frenos sea deficiente o esté mezclado con agua. O incluso que el pistón de la pinza o la propia pinza esté gripada. Lo mejor en este caso es una revision general del sistema de frenos.
Pedal demasiado duro
Si tu pedal de freno ofrece mucha resistencia, puede que las pastillas estén sucias o manchadas, que haya un problema en el pistón de la pinza, problemas con el líquido de frenos, que las pastillas estén cristalizadas. También que los discos de freno estén dañados, o que haya fallado el servofreno, y por eso cuesta más activar el pedal.
Una rueda (al menos) se bloquea
Alguna parte del sistema no trabaja correctamente, o está agarrotada, obstruida o hinchada. También puede deberse a una pastilla de freno defectuosa o a que el cable del freno de mano esté enganchado, con lo cual estaría funcionando aún al quitar el freno de estacionamiento.
El pedal de freno vibra
Sin confundir las vibraciones con las que se notan cuando el ABS entra en acción, puede que tengamos los discos alabeados o los rodamientos de la rueda gastados. También es posible que debas cambiar pastillas y discos de freno…. o que las ruedas estén mal equilibradas.
Frena poco en caliente
Es posible que las pastillas sean de mala calidad o que hacen mal contacto, o que los discos sean muy delgados. Si ocurre sólo cuando vas rápido y frenas muy a fondo, tranqilo: eso es el fadding, el exceso de trabajo que sometes al sistema de frenado y pierde eficacia con la temperatura (usa más el freno motor o vete algo más tranquilo. Espera a que se enfríen los frenos para continuar).
El coche oscila hacia un lado
Puede que las pastillas de un lado estén sucias, haberse cristalizado o impregnadas de grasa o líquido de frenos. Pero puede que no sea de los frenos directamente, sino que los neumáticos no tengan la presión correcta o incluso rótulas o amortiguadores en mal estado.
Se nota un chirrido al frenar
Puede ser desde suciedad en las pastillas, que estén muy desgastadas o sean de baja calidad. También que rocen las pastillas contra el caliper o que falte alguna pieza. O que los discos estén en mal estado.
Los profesionales recomiendan revisar los frenos al menos una vez al año. Si notas cualquier pérdida de efectividad, acude al taller. Tu seguridad depende de ello. Te recomendamos este artículo sobre con diez trucos para mantener los frenos en buen estado.
Fuentes: Espacio Toyota, Automecánico