Un hotel maravilloso en plena naturaleza. Hasta aquí todo normal, pero las habitaciones están en unas cabañas de madera sobre ruedas sin apenas impacto ambiental.
Una de las últimas tendencias del turismo es el glamping. El concepto combina la cercanía de la naturaleza que ofrece el camping, pero con glamour, sin las incomodidades de las tiendas de campaña. Lo conocimos este verano gracias al camión hotel victoriano que permite visitar un parque nacional en la Highland escocesas. Pero esta tendencia se extiende como la pólvora y es lógico, ya que se trata de alojamientos sencillos, pero lujosos, con un mínimo impacto ambiental.
El último ejemplo de glamping que hemos encontrado son estas cabañas rodantes. Cada una de ellas, sobre una estructura de acero, es de madera, salvo una pared de cristal que da a un patio privado. Además, el panel del techo en ángulo descansar sobre una hoja rectangular de vidrio, creando una abertura elevada que permite ver el paisaje circundante desde dentro de la cabaña mientras se mantiene una total privacidad.
Esta maravilla está en el valle de Methow Washington, EE.UU. Se llaman Rolling Huts y han sido diseñado por el estudio de arquitectura Kundig Olson. Han cumplido con su cometido a la perfección: un lugar donde los amantes de la naturaleza puedan tener un refugio privado con vistas panorámicas de los espectaculares alrededores montañosos.
Cada cabaña está ligeramente levantada del suelo, sobre una base estructural de acero no muy diferente a una carretilla. Esa base se apoya sobre cuatro grandes ruedas, que permiten recoger y trasladar la cabaña, o cambiar su orientación en función de la época del año. La escalera de subida sirve de anclaje para asegurarse de que sea estable.
El interior de las chozas incluyen un espacio abierto con chimenea, mobiliario modular minimalista, una plataforma elevada donde pueden dormir dos personas, una pequeña cocina con nevera y microondas y un baño portátil exterior privado adyacente. El baño completo y la ducha se encuentran a pocos pasos de distancia, en un establo situado en el centro del complejo.
Los ide Rolling Huts también tienen acceso a una variedad de actividades al aire libre como senderismo, rafting, ciclismo de montaña, paseos en trineo, golf, pesca con mosca, visitas a bodegas y paseos en globo. El valle de Methow es también el hogar de una de las pistas de esquí de fondo más largas del mundo, de más de 193 km. ¿Y es caro? No es un chollo, pero tiene precios razonables. Una noche de alojamiento en las cabañas Rolling Hut cuesta 135 dólares para dos personas.
Fuentes: Rolling Huts, Olson Kundig Architects