A mediados del siglo XX, Allá por 1939 nacía la empresa Facel S.A., dedicada a la metalurgia y poco después al desarrollo de carrocerías para fabricantes de automóviles como Delahaye, Panhard o Simca, o incluso desarrollando carrocerías exclusivas para Bentley y otras marcas. Así pues en 1954 su fundador Jean Daninos tomaba la decisión de introducirse directamente en el negocio del automóvil con un elegante y lujoso gran turismo que irrumpiese en la escena internacional mediante el trampolín del Salón de París de 1954.
Así nacía el primer modelo de la nueva compañía Facel-Vega, un vehículo que se comercializaría básicamente con tres carrocerías de dos puertas coupé y descapotable, así como una tercera de cuatro puertas sin pilar central y puertas suicidas posteriores. Este último fracasaría estrepitosamente por la falta de rigidez de su carrocería al prescindir de pilar central, perdiendo muchísima agilidad respecto a sus hermanos de dos puertas.
Si hay que destacar algo de los Facel Vega es la calidad de su habitáculo y el lujo que emanaba de sus entrañas, significativamente por encima de lo que era habitual por aquella época. Los detalles más característicos estaban en un cuadro de mandos y salpicadero inspirados en la aviación, la innovación de una práctica consola central sobre la caja de cambios y asientos posteriores abatibles para aumentar el espacio de carga del maletero.
Para la mecánica tuvieron que recurrir a los motores Chrysler de la época, los Hemi V8 de 4.5 litros que más tarde aumentarían de cilindrada a 4.7, 4.8, 5.4 y hasta 6.3 litros para atender la demanda de una potencia mayor.
El declive llegaría más adelante con el lanzamiento de un atrevido Facellia que con una variedad de carrocerías que oscilaban entre el descapotable, el coupé de 2+2 plazas y el gran turismo de 4 plazas, pretendía competir con los Mercedes-Benz 190 SL y Alfa Romeo de la época. Del V8 americano se pasó al cuatro cilindros y la fiabilidad del nuevo producto comenzó a resentirse considerablemente. Jean Daninos tomó la decisión de sustituir cualquier mecánica que sufriese problemas sin poner más inconvenientes a sus clientes. El poco éxito del Facellia se unió a las pérdidas económicas y de ahí se pasó al cierre en 1964.
Ilustres personajes tuvieron un Facel-Vega en su garaje, gente como Pablo Picaso, Ava Gadner, Ringo Starr, Fred Astaire o Stirling Moss, que lo utilizaba en la mayoría de sus desplazamientos entre carreras dado que el bueno de Stirling se sentía mucho mejor conduciendo que subido a un avión.