Luis Ramos Riesco se descompuso en su primer día de trabajo en la mina de Torre del Bierzo. Nunca se despertó y falleció seis días después. La empresa, no obstante, ya lo había despedido antes de consumarse el fatal desenlace.
Para Luis Ramos Riesco, el lunes 14 de noviembre no era un día más. Era su primer día de trabajo en la mina. Lo que no podía saber, ni él ni su familia, es que ya no volvería a despertarse. Y que era el inicio de una sucesión de hechos dolorosos que ponen al descubierto, de mínima, la manera vergonzante de proceder de algunas empresas.
Ese día, el 14 de noviembre, Luis Ramos Riesco llegó a las siete de la mañana a la mina de Torre del Bierzo, propiedad de la empresa Montajes y Obras Bierzo, con sede en Bembibre. Es destinado a la planta 11, como ayudante picador. Sin embargo, estando allí en la zona de chimeneas comienza a sentirse mal. Le dicen que se traslade a la zona de galerías. Solo. Pero no llega. Allí mismo es encontrado desvanecido, aunque nadie sabe exactamente cuánto tiempo pasó allí en el suelo, boca abajo.
De acuerdo al parte médico emitido por el 112, es sacado de la mina en camilla, respirando. La llamada que recibe el servicio asistencial habla de un accidente laboral. Los profesionales que lo atienden indican como causa "posible golpe de calor". Se estima que la temperatura ambiente donde se encontraba Luis en la chimenea superaba los 30º. Es trasladado al Hospital del Bierzo, donde queda ingresado en la UCI, en estado de coma.
Su estado empeora con el correr de los días. Tiene lesiones cerebrales que hacen imposible su recuperación, y finalmente fallece el 22 de noviembre, al mediodía.
Despedido mientras estaba en coma
Sin embargo, todo puede ser peor. Mientras Luis Ramos Riesco permanecía ingresado, en coma, algunos representantes de la empresa por la que había sido contratado se acercaron a su domicilio, para manifestar su preocupación y la voluntad de apoyo a su familia.
Simultáneamente, la compañía decide dar por finalizada la relación laboral. Ramos Riesco había sido contratado a tiempo completo y por obra o servicio determinado, con una jornada de trabajo de 35 horas semanales de lunes a viernes. Cuatro días después, y sin dar aviso a la familia, Montajes y Obras Bierzo da por terminado el contrato por "fin de obra".
El día antes del fallecimiento del minero, es decir, el lunes 21 de noviembre, los hermanos se presentan en la sede de la empresa, donde reciben un sobre cerrado, con la notificación del despido. Mientras estaban allí, el propietario de la empresa se apersona en casa de Luis, para hablar con padres. Otra vez, se pone "enteramente a su disposición".
"Nosotros lo que queremos es que se conozca la manera insensible e inhumana de proceder de esta empresa. Eso es lo que más nos importa. No queremos nada más", aclara Esteban Ramos Riesco, hermano de la víctima.
Sin embargo, la familia ha iniciado acciones por dos vías, de momento, sólo administrativas. Por un lado, ha presentado el caso ante la Inspección de Trabajo, para que estudie las condiciones laborales de la mina el día del accidente. "No parece normal que una persona sea asignada, en su primer día, a la planta -11. Además, estuvo solo dentro de la mina, algo que está prohibido", indicó Amparo Fernández Sierra, abogada de la familia.
Además, han solicitado al Instituto Nacional de la Seguridad Social que se califique lo sucedido como "accidente laboral", algo a lo que de momento la empresa se ha negado con rotundidad.
Desde este periódico se ha intentado contactar con la empresa en varias oportunidades, y por distintas vías, a lo largo de esta semana, sin que haya sido posible.
Para Luis Ramos Riesco, el lunes 14 de noviembre no era un día más. Era su primer día de trabajo en la mina. Lo que no podía saber, ni él ni su familia, es que ya no volvería a despertarse. Y que era el inicio de una sucesión de hechos dolorosos que ponen al descubierto, de mínima, la manera vergonzante de proceder de algunas empresas.
Ese día, el 14 de noviembre, Luis Ramos Riesco llegó a las siete de la mañana a la mina de Torre del Bierzo, propiedad de la empresa Montajes y Obras Bierzo, con sede en Bembibre. Es destinado a la planta 11, como ayudante picador. Sin embargo, estando allí en la zona de chimeneas comienza a sentirse mal. Le dicen que se traslade a la zona de galerías. Solo. Pero no llega. Allí mismo es encontrado desvanecido, aunque nadie sabe exactamente cuánto tiempo pasó allí en el suelo, boca abajo.
De acuerdo al parte médico emitido por el 112, es sacado de la mina en camilla, respirando. La llamada que recibe el servicio asistencial habla de un accidente laboral. Los profesionales que lo atienden indican como causa "posible golpe de calor". Se estima que la temperatura ambiente donde se encontraba Luis en la chimenea superaba los 30º. Es trasladado al Hospital del Bierzo, donde queda ingresado en la UCI, en estado de coma.
Su estado empeora con el correr de los días. Tiene lesiones cerebrales que hacen imposible su recuperación, y finalmente fallece el 22 de noviembre, al mediodía.
Despedido mientras estaba en coma
Sin embargo, todo puede ser peor. Mientras Luis Ramos Riesco permanecía ingresado, en coma, algunos representantes de la empresa por la que había sido contratado se acercaron a su domicilio, para manifestar su preocupación y la voluntad de apoyo a su familia.
Simultáneamente, la compañía decide dar por finalizada la relación laboral. Ramos Riesco había sido contratado a tiempo completo y por obra o servicio determinado, con una jornada de trabajo de 35 horas semanales de lunes a viernes. Cuatro días después, y sin dar aviso a la familia, Montajes y Obras Bierzo da por terminado el contrato por "fin de obra".
El día antes del fallecimiento del minero, es decir, el lunes 21 de noviembre, los hermanos se presentan en la sede de la empresa, donde reciben un sobre cerrado, con la notificación del despido. Mientras estaban allí, el propietario de la empresa se apersona en casa de Luis, para hablar con padres. Otra vez, se pone "enteramente a su disposición".
"Nosotros lo que queremos es que se conozca la manera insensible e inhumana de proceder de esta empresa. Eso es lo que más nos importa. No queremos nada más", aclara Esteban Ramos Riesco, hermano de la víctima.
Sin embargo, la familia ha iniciado acciones por dos vías, de momento, sólo administrativas. Por un lado, ha presentado el caso ante la Inspección de Trabajo, para que estudie las condiciones laborales de la mina el día del accidente. "No parece normal que una persona sea asignada, en su primer día, a la planta -11. Además, estuvo solo dentro de la mina, algo que está prohibido", indicó Amparo Fernández Sierra, abogada de la familia.
Además, han solicitado al Instituto Nacional de la Seguridad Social que se califique lo sucedido como "accidente laboral", algo a lo que de momento la empresa se ha negado con rotundidad.
Desde este periódico se ha intentado contactar con la empresa en varias oportunidades, y por distintas vías, a lo largo de esta semana, sin que haya sido posible.