Las emisiones del diésel aumenta el nivel del colesterol malo
Cuanto más se estudian las emisiones de los coches diésel, más problemas se encuentran.Ahora sabemos que afectan a los niveles de colesterol causando daños irreversibles
Un estudio realizado por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) ha llegado a unas curiosas conclusiones sobre los humo que emanan de un motor diésel. Al parecer, estas emisiones son capaces de transformar las lipoproteínas de densidad alta (o el colesterol alto: HDL) en colesterol de baja densidad o LDL.
El “colesterol bueno” se encarga de reducir el nivel de colesterol en la sangre, lo produce el cuerpo de forma natural y es capaz de eliminar el colesterol de las paredes de las arterias para devolverlo al hígado. En cambio, el “colesterol malo” se acumula en las paredes de las arterias aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Pues bien, tras este repaso médico, el estudio indica que los ratones sometidos al humo del diésel transformaron parte del colesterol bueno en malo. Lo peor es tras dos semanas, luego llevaban estos ratones a una atmósfera pura durante siete díass.. y no se reparaba el daño: corazón, arterias e hígado sufrieron consecuencias irreparables.
Por suerte, sabemos que las condiciones de contaminación a las que estuvieron sometidos los ratones fueron muy extremas, “una concentración en el entorno similar a aquella a la que están expuestos los mineros”. Lo malo, que cada vez se observan más problemas en estos coches. Un propulsor diésel es muy versátil y más eficiente que un gasolina, pero también tiene sus hándicaps… y es que contaminan mucho.
Las emisiones de un propulsor diésel son muy nocivas. Ya se demostró que sus partículas provocan cáncer. Son los grandes reyes de mercados como el español por el precio más bajo del combustible, pero no cabe duda de que hay que hacer algo con sus emisiones.
Existen alternativas al uso del gasóleo para la automoción y las calefacciones, podemos utilizar combustibles más limpios como el gas natural para sustituir el gasóleo e incluso promocionar aún más si cabe el uso del coche eléctrico, con el cual los problemas de concentración masiva de la polución se verían disminuidos en gran medida.
Fuente: UCLA
Foto: Clinica Omegazeta
Cuanto más se estudian las emisiones de los coches diésel, más problemas se encuentran.Ahora sabemos que afectan a los niveles de colesterol causando daños irreversibles
Un estudio realizado por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) ha llegado a unas curiosas conclusiones sobre los humo que emanan de un motor diésel. Al parecer, estas emisiones son capaces de transformar las lipoproteínas de densidad alta (o el colesterol alto: HDL) en colesterol de baja densidad o LDL.
El “colesterol bueno” se encarga de reducir el nivel de colesterol en la sangre, lo produce el cuerpo de forma natural y es capaz de eliminar el colesterol de las paredes de las arterias para devolverlo al hígado. En cambio, el “colesterol malo” se acumula en las paredes de las arterias aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Pues bien, tras este repaso médico, el estudio indica que los ratones sometidos al humo del diésel transformaron parte del colesterol bueno en malo. Lo peor es tras dos semanas, luego llevaban estos ratones a una atmósfera pura durante siete díass.. y no se reparaba el daño: corazón, arterias e hígado sufrieron consecuencias irreparables.
Por suerte, sabemos que las condiciones de contaminación a las que estuvieron sometidos los ratones fueron muy extremas, “una concentración en el entorno similar a aquella a la que están expuestos los mineros”. Lo malo, que cada vez se observan más problemas en estos coches. Un propulsor diésel es muy versátil y más eficiente que un gasolina, pero también tiene sus hándicaps… y es que contaminan mucho.
Las emisiones de un propulsor diésel son muy nocivas. Ya se demostró que sus partículas provocan cáncer. Son los grandes reyes de mercados como el español por el precio más bajo del combustible, pero no cabe duda de que hay que hacer algo con sus emisiones.
Existen alternativas al uso del gasóleo para la automoción y las calefacciones, podemos utilizar combustibles más limpios como el gas natural para sustituir el gasóleo e incluso promocionar aún más si cabe el uso del coche eléctrico, con el cual los problemas de concentración masiva de la polución se verían disminuidos en gran medida.
Fuente: UCLA
Foto: Clinica Omegazeta