La Policía investiga a varias personas a las que el joven vecino de Gijón desaparecido había dejado dinero en los últimos meses
Hace ya una semana -desde el pasado jueves-, que ni la familia ni los amigos de Cristian González Cueli tienen noticias de su paradero. El joven lavianés vecino de Gijón desapareció alrededor de las nueve de la noche, después de dirigirse hasta un taller del Alto de la Madera en el que tenía que cobrar una importante deuda. La Policía Nacional de Oviedo continúa investigando los pormenores de este caso haciendo hincapié en las últimas horas en la identificación de las personas a las que el desparecido había prestado dinero en los últimos meses, después de haber heredado de su padre una importante suma de dinero.
Los agentes encargados del caso aún no dan por cerrada ninguna línea de investigación. Después de interrogar en varias ocasiones al propietario del taller que vio por última vez con vida a González, los funcionarios de la Jefatura Superior de Policía de Asturias tratan ahora de reconstruir las últimas horas del desaparecido. A las nueve de la noche el lavianés salió del gimnasio y llamó a su novia, con la que mantuvo una conversación breve. «Me dijo que iba a ir al Alto de la Madera a cobrar una deuda y que luego vendría a cenar», relataba tras denunciar la desaparición de su pareja. Nada se volvió a saber del lavianés. «Sólo recibí un mensaje de texto muy raro que no estaba escrito como escribía él habitualmente y en el que decía que no podía hablar y que ya me llamaría», concluía la gijonesa.
El propietario del taller al que González Cueli había acudido por tercera vez en apenas unas semanas a cobrar el dinero que le debía este gijonés, al que interrogó por primera vez la Policía el pasado domingo, aseguró ante los funcionarios policiales que González había llegado a su taller «con el coche estropeado» y que después de dejar el vehículo en sus instalaciones le había pedido «que lo acercara a una rotonda situada en la entrada de Pola de Siero» en donde supuestamente y según este mismo testimonio, González se subió a un Porsche con las lunas tintadas. Desde entonces se le pierde la pista. La Policía Nacional baraja ya varias hipótesis de lo que pudo haber sucedido en Pola de Siero; unas hipótesis que por el momento no se han hecho públicas para no dificultar la ya de por sí complicada investigación.
Tanto los amigos como los familiares de Cristian González Cueli han realizado varias «batidas de búsqueda» por la zona de Pola de Siero en la que el empresario asegura que dejó al lavianés como por los alrededores del taller al que fue a cobrar la deuda. Los rastreos no dieron resultado. La familia continúa «en continuo contacto con la Policía» por si en las próximas horas se produjera alguna novedad.
Hace ya una semana -desde el pasado jueves-, que ni la familia ni los amigos de Cristian González Cueli tienen noticias de su paradero. El joven lavianés vecino de Gijón desapareció alrededor de las nueve de la noche, después de dirigirse hasta un taller del Alto de la Madera en el que tenía que cobrar una importante deuda. La Policía Nacional de Oviedo continúa investigando los pormenores de este caso haciendo hincapié en las últimas horas en la identificación de las personas a las que el desparecido había prestado dinero en los últimos meses, después de haber heredado de su padre una importante suma de dinero.
Los agentes encargados del caso aún no dan por cerrada ninguna línea de investigación. Después de interrogar en varias ocasiones al propietario del taller que vio por última vez con vida a González, los funcionarios de la Jefatura Superior de Policía de Asturias tratan ahora de reconstruir las últimas horas del desaparecido. A las nueve de la noche el lavianés salió del gimnasio y llamó a su novia, con la que mantuvo una conversación breve. «Me dijo que iba a ir al Alto de la Madera a cobrar una deuda y que luego vendría a cenar», relataba tras denunciar la desaparición de su pareja. Nada se volvió a saber del lavianés. «Sólo recibí un mensaje de texto muy raro que no estaba escrito como escribía él habitualmente y en el que decía que no podía hablar y que ya me llamaría», concluía la gijonesa.
El propietario del taller al que González Cueli había acudido por tercera vez en apenas unas semanas a cobrar el dinero que le debía este gijonés, al que interrogó por primera vez la Policía el pasado domingo, aseguró ante los funcionarios policiales que González había llegado a su taller «con el coche estropeado» y que después de dejar el vehículo en sus instalaciones le había pedido «que lo acercara a una rotonda situada en la entrada de Pola de Siero» en donde supuestamente y según este mismo testimonio, González se subió a un Porsche con las lunas tintadas. Desde entonces se le pierde la pista. La Policía Nacional baraja ya varias hipótesis de lo que pudo haber sucedido en Pola de Siero; unas hipótesis que por el momento no se han hecho públicas para no dificultar la ya de por sí complicada investigación.
Tanto los amigos como los familiares de Cristian González Cueli han realizado varias «batidas de búsqueda» por la zona de Pola de Siero en la que el empresario asegura que dejó al lavianés como por los alrededores del taller al que fue a cobrar la deuda. Los rastreos no dieron resultado. La familia continúa «en continuo contacto con la Policía» por si en las próximas horas se produjera alguna novedad.