Despues de buscar mucho, encontre esto, creo que te pones un poco de historia del MG TA. Tamajara.
Aunque los
Midgets (enanos) de
MG ya llevaban varios años construyéndose en la fábrica de Abingdon, cerca de Oxford, con una línea y unos motores altamente revolucionados (que hacían de ellos coches únicos en el círculo de los deportivos europeos), el primero de los
Midgets de la "segunda generación" -la serie TA- salió a la calle con unas premisas muy diferentes.
Nacido como consecuencia directa de la venta de
MG por Lord Nuffield a su propio holding, "Nuffield Organisation" (fue más una transacción financiera que geográfica), el TA utilizó muchos más componentes modificados de Morris y Wolseley que los Midgets anteriores.
Más grande, sencillo y con un motor y una caja de cambios más convencionales, el TA se convirtió pronto en un éxito de ventas. Equipado con un motor nuevo, más ligero y, en conjunto, más eficaz (el legendario XPAG), el TB tomó el relevo de forma breve, en 1939, y el TC (un TB ligeramente modificado), consolidó a la empresa MG durante los primeros cinco años de la posguerra.
Al igual que los anteriores "Abingdon-Midgets", todos los deportivos de las series
TA/TB/TC contaban con una estructura sencilla y basada en unos chasis estrechos y bastante flexibles, con largueros longitudinales de sección en "U", carrocerías de tipo biplaza, deportivas, con paneles de acero montados sobre armazones simples de madera, aletas larguísimas que se extendían por los laterales del coche y faros independientes y suspendidos.
Asimismo, eran coches de vías estrechas, cuya suspensión se basaba en ejes rígidos montados sobre ballestas cortas y duras. Debido a la estrechez de sus vías, el habitáculo apenas podía albergar a dos personas y, siguiendo la moda de la época, el volante vertical estaba pegado al pecho del conductor. No tenía calefacción, el techo era una simple cubierta plegable y las puertas llevaban cortinillas laterales desmontables. Estos coches sólo se fabricaron con volante a la derecha la mayoría se vendieron en el Reino Unido o en países políticamente relacionados con la Cornmonwealth.
A partir de 1945, el Te se convirtió en el deportivo permanente de MG, siendo, en realidad, un TA con el motor modificado (igual que el TB), pero con la cabina ligeramente más amplia y las suspensiones algo más blandas: aún así, había que tener buenos reflejos y mucha pericia para notar la diferencia.
MG alcanzó una gran reputación en Estados Unidos gracias al
MG TC y a la urgente necesidad británica de exportar coches para ganar dólares, vendiéndose allí más de 2.000 de los 10.000 TC que se fabricaron en total. Muchos soldados americanos, que habían conducido e incluso adquirido Midgets en Gran Bretaña durante la guerra, se llevaron el grato recuerdo a casa y pronto retornaron su romance con este sugerente deportivo.
El aspecto, el sonido o lo mejor de todo el manejo del
MG TC resultaban inconfundibles. La conducción era dura y de rebote continuo, el motor se revolucionaba mucho y era ruidoso, y la dirección tenía demasiado recorrido. Como el motor de 1.250 cc no era demasiado potente, el coche tenía que ir en una marcha corta y muy revolucionado para dar lo mejor de sí y, como su forma no tenía nada de aerodinámica, la velocidad máxima estaba limitada a unos 120 km/h.
Tener y conducir un TC también era algo único, aunque en otro sentido. Cuando llovía, sus ocupantes se mojaban, porque la protección contra las inclemencias era muy incompleta. A medida que el coche envejecía, el bastidor de madera se iba pudriendo, las puertas se combaban y el suelo de madera solía agujerearse. Pero, aún así, todo el mundo lo adoraba, mientras siguiese funcionando. El "toque Abbingdon" de MG bastante intangible pero siempre presente- convirtió un sencillo biplaza en un pequeño coche deportivo reconocible de inmediato y muy atractivo.
El corazón y el alma del TC residían, por supuesto, en el motor, que era incombustible y que se podía ajustar para obtener mayor potencia. La línea chata del morro siempre limitaba la velocidad máxima, pero algunos TC se aceleraban mucho más rápido de lo normal y, en las pruebas de conducción y las carreras, resultaban un rival a tener en cuenta.
Haría falta un coche excelente para relevar con éxito al
MG TC, y en 1950 con el
TD llegó la alternativa. Con un nuevo chasis de suspensión delantera independiente, ofrecería un comportamiento mucho mejor en carretera, pero no deja de ser significativo que tuviese que aprovechar la base del TC su motor y caja de cambios para dar tal impresión. El TC era as