Ahora que ha quedado claro que lo de crear un berza diésel no os acaba de convencer, nos dejamos de cosas raras y de tracciones traseras y vamos con una retrospectiva de la marca japonesa, que hace 40 años de su primer logro en cuanto a la tracción total. La foto no es muy prometedora, lo sé, pero corresponde a un Subaru Leone de 1972, el primer modelo de la marca que incorporó AWD simétrico.
Aquí donde lo veis (y, de hecho, se verá en el Salón de Ginebra, también), el Subaru Leone marcó el arranque a gran escala de la tracción integral en Subaru, una característica clásica de la marca que hasta la fecha le ha valido más de 11.780.000 vehículos vendidos, lo que representa más o menos el 55,7 % de sus cifras totales.
En tiempos previos a la electrónica aplicada a la automoción, la distribución de la potencia del motor a las cuatro ruedas se realizaba mediante un diferencial que, en combinación con el motor bóxer horizontal, daba al conjunto un tren de transmisión perfectamente simétrico con un centro de gravedad bajo, aportando al coche gran equilibro y buena estabilidad.
os años han pasado y Subaru ha evolucionado, ganando enteros con la introducción de controles electrónicos de todo tipo, dedicados a la distribución de la fuerza motriz entre unas y otras ruedas, y también con los diferenciales viscosos. Pero si hay que buscar un origen a toda esta evolución de la mecánica, ahí lo tenéis, pintado de color verde higo chumbo.