A finales de los años 70 la compañía Automobili Lamborghini pasaba por todo un calvario y una delicadísima situación financiera que terminó en bancarrota. Sin duda alguna el Lamborghini Countach ya había demostrado al mundo de qué podían ser capaces los de Sant’Agata, aún así y ante la crítica situación económica por la que pasaban, creyeron oportuno atraer la atención una vez más de todos los medios con un prototipo descapotable que reflejase fielmente el espíritu y los valores de un emblema que se resistía a desaparecer por sus devenires económicos.
El Salón de Turín de 1980 daba la bienvenida al espectacular prototipo Lamborghini Athon, un trabajo de la mano de Marc Deschamps para el estudio de diseño de Bertone y una oda a la exaltación y a la radicalidad que ya hubiera mostrado el Countach. No obstante la primera sorpresa era que el Athon no había sido diseñado sobre una nueva plataforma, sino sobre la base del mismísimo Silhouette que había dejado de fabricarse tres años antes. La muestra de que el Silhouette tendría poco después una “segunda juventud” denominada Jalpa.
Jamás existió un toro llamado Athon, ni nada que se le pareciese. En este caso Lamborghini recurrió a la antigua civilización egipcia para emplear la palabra Athon, algo así como un “himno al Sol” dedicado al dios Ra. En definitiva el Lamborghini Athon pretendía ser un descapotable radical para ser disfrutado al aire libre, únicamente con el sol por encima de nuestra cabeza.
Tan interesados estaban en Lamborghini por cautivar a la prensa que el Lamborghini Athon no sólo era completamente útil y funcional, sino que incluso algunos tuvieron la oportunidad de probarlo quedando realmente impresionados por su aspecto y por las prestaciones de un motor V8 de 260 CV a 7.500 rpm, con cuatro carburadores Weber y un cambio manual de cinco velocidades. Según aquellos que pudieron probarlo, sus cualidades dinámicas respecto a un Silhouette no se habían resentido.
En el habitáculo máximo confort de gran turismo, pero sobretodo tecnología. A comienzos de los 80 muchos quedaron realmente impresionados con su cuadro de mandos con un inmenso panel digital y avanzados y futuristas controles.
Aún tan interesante como todo lo que os hemos contado ya, es el hecho de que el Lamborghini Athon siga vivo e incluso que cualquiera, que por supuesto pueda pagarlo, pudiera hacerse con este prototipo único en el pasado certamen del Concorso d’Eleganza Villa D’Este. Y es que como ya os contábamos en abril, la bancarrota de 2007 y la crisis en Bertone habrían hecho que por mandato judicial este y otros cinco prototipos tuvieran que ser subastados.
La venta del Lamborghini Athon se cerró en 347.000€, suficiente dinero como para comprarte un nuevo y flamante Lamborghini Aventador LP700-4. Casi nada…