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Cuando pensábamos que los precios de la gasolina y el gasóleo sólo podían subir más y más, esta semana nos hemos encontrado con un brusco descenso que se ha materializado en un 2,8 % en el caso de la gasolina y un 1,8 % en el caso del gasóleo de automoción. Eso es volver a los precios que estos carburantes tenían en julio de 2012 y el segundo semestre de 2011, respectivamente.
El precio oficial de la gasolina ha quedado fijado en 1,352 euros, mientras que el precio oficial del gasóleo está en 1,274 euros. Esto supone un descenso de los precios del 3,9 % y el 6,4 % respecto a la misma semana, la 43, del año pasado. Y si lo miramos en un periodo más corto de tiempo, a la práctica llenar un depósito de 55 litros cuesta ahora 74,36 euros, es decir, 2,20 euros menos que hace una semana. En los diésel, el llenado supone 70,07 euros, esto es 1,32 euros menos.
La bajada de precios ha venido motivada básicamente por una disminución en el precio del crudo, que anda en mínimos tras los últimos años. Su precio cayó esta semana 8 dólares y quedó en 84 dólares para el barril Brent (80 dólares el Sweet Light de Texas, de referencia para América). Esos mínimos han podido incluso con la reciente depreciación del euro y con el aumento de los márgenes comerciales de los diferentes operadores, que detectó la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en su último informe sobre este sector.
De todas formas, y según datos de la Asociación Española de Operadores Petrolíferos, el precio de la gasolina y el gasóleo depende del precio que tengan las materias primas en un 39 % y un 43 %, respectivamente. El resto, más de la mitad, hay que asociarlo a otros factores, por ejemplo la logística. Y esos precios de las materias primas no son solamente los precios del crudo que sirve de base para la elaboración de los carburantes, sino que tienen que ver con los precios que se fijan en los mercados internacionales de gasolina y gasóleo.
Visto así, la razón para la disminución de los precios se diluye en un fondo de circunstancias mercantiles, y quizá de especulación, que resulta tan oscuro como el mismo oro negro. La misma incertidumbre se aplica a los aumentos de precios a los que hemos sido sometidos durante años.
En otro orden de cosas, según comentan desde Bruselas el impacto de la bajada del precio del petróleo es mayor en España debido a que nuestro país, pese a las subidas del IVA registradas en 2012 y pese a la creciente presión fiscal sobre los carburantes, aún está por debajo del nivel impositivo que tienen los países de nuestro entorno. Y de esta forma vuelven a recordar lo que pidieron en mayo de 2013: que España suba los impuestos a los combustibles. Son más majos...