Dos años es el límite fijado por el Departamento de Transporte de EEUU y la Administración Nacional de Seguridad de Tráfico en Carreteras (NHTSA) para poner en marcha la red de comunicación entre vehículos V2V (vehicle to vehicle). Todo ello para conseguir salvar más de 1.000 vidas y evitar alrededor 600.000 accidentes al año.
Pero, ¿cuál es el secreto de la tecnología V2V? El principio de funcionamiento es sencillo. Se trata de poner en contacto a todos los vehículos en circulación con el objetivo de minimizar los riesgos en la carretera. Un ejemplo: vas a atrevesar una intersección y tu semáforo está en verde, pero por la derecha se aproxima un vehículo que se ha saltado su semáforo. Inmediatamente recibirías un aviso de peligro en tu vehículo, que también podría actuar de forma autónoma para evitar el choque.
El proyecto permanecerá abierto a consulta pública en Estados Unidos durante unos meses y aunque su aprobación esté lista para 2016, el proceso de implantación podría ser lento. Los cálculos de la investigación se hacen con vistas a 2020, año en el que estiman que la instalación de los dispositivos necesarios para la comunicación V2V entre coches tendría un coste de unos 350 dólares (unos 265 euros). Además, hay que tener en cuenta que probablemente sería necesaria una modificación de la normativa de tráfico vigente.
El trabajo de los fabricantes de automóviles es fundamental para el éxito de la comunicación V2V. Prácticamente la totalidad de ellos trabajan ya en la creación y perfección de sistemas de asistencia a la conducción que en un futuro estén preparados para responder a las necesidades de la tecnología V2V. El siguiente paso a cumplir sería la conocida como comunicación V2I (vehicle to infraestructure), que conectaría a los vehículos con las carreteras, semáforos y otros elementos que influyen en la circulación para, por ejemplo, modificar los límites de velocidad en un determinado momento o tratar de evitar atascos.
Pero, ¿cuál es el secreto de la tecnología V2V? El principio de funcionamiento es sencillo. Se trata de poner en contacto a todos los vehículos en circulación con el objetivo de minimizar los riesgos en la carretera. Un ejemplo: vas a atrevesar una intersección y tu semáforo está en verde, pero por la derecha se aproxima un vehículo que se ha saltado su semáforo. Inmediatamente recibirías un aviso de peligro en tu vehículo, que también podría actuar de forma autónoma para evitar el choque.
El proyecto permanecerá abierto a consulta pública en Estados Unidos durante unos meses y aunque su aprobación esté lista para 2016, el proceso de implantación podría ser lento. Los cálculos de la investigación se hacen con vistas a 2020, año en el que estiman que la instalación de los dispositivos necesarios para la comunicación V2V entre coches tendría un coste de unos 350 dólares (unos 265 euros). Además, hay que tener en cuenta que probablemente sería necesaria una modificación de la normativa de tráfico vigente.
El trabajo de los fabricantes de automóviles es fundamental para el éxito de la comunicación V2V. Prácticamente la totalidad de ellos trabajan ya en la creación y perfección de sistemas de asistencia a la conducción que en un futuro estén preparados para responder a las necesidades de la tecnología V2V. El siguiente paso a cumplir sería la conocida como comunicación V2I (vehicle to infraestructure), que conectaría a los vehículos con las carreteras, semáforos y otros elementos que influyen en la circulación para, por ejemplo, modificar los límites de velocidad en un determinado momento o tratar de evitar atascos.