Era la mañana de un jueves de invierno en plena calle Feria. A eso del mediodía, numerosas personas se daban cita en Casa Vizcaíno, cerveza en mano, disfrutando del ancestral mercadillo que el propio Fernando III «El Santo» concedió a esta populosa calle. No podía haber elegido otro día aquel hombre de Google para meter el coche, repleto de cámaras, a la altura de la Plaza de los Carros. Creería que pasaría desapercibido, pero no. Quiso captar la esencia de la calle, y quizá lo consiguiera: inmortalizar la picaresca costumbrista de esta zona.
No obstante, aquel hombre de Google se llevó para siempre un «calvo» como recuerdo de su aventura. Allí estaba, impertérrito ante aquel vehículo que bien podía haberle parecido el coche «ponemultas» que está acribillando a todo el que obstaculiza gravemente la circulación. Vio su oportunidad. Dejó su litrona a un colega y se plantó en mitad de la calzada. Allí se agachó, se bajó el pantalón, y enseñó a la cámara su trasero para la posteridad. En la imagen está también una señora apoyada en su bicicleta y tapándose los ojos para no ver la escena. También, se aprecia aquel otro hombre con la botella de cerveza, que celebra el atrevimiento de su acompañante y en el de la barba, brindando con la caña junto a la puerta del bar. Y es que allí estaba el coche de Google Maps.
Si en una ciudad holandesa este servicio de mapas online descubrió un asesinato, o en plena autopista americana pilló in fraganti a una pareja en plena faena; en Sevilla, si usted pone las coordenadas para llegar a la Plaza de los Carros, descubrirá al ya famoso «calvo» de la calle Feria.
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