Este Ford Falcon XB GT 500 Coupé, más conocido como Ford Police Interceptor V8 de Mad Max, o simplemente Interceptor, espera un comprador. Y el que lo vende, también.
Matriculado en Australia allá por 1974, ahora mismo tiene los papeles británicos en regla y cuenta en su odómetro con el equivalente a 70.650 kilómetros. Si echamos un ojo al vano motor, encontraremos un propulsor de la NASCAR V8 de 6,5 litros que le montaron hace tres años. Con él, dicen que el Interceptor vuela a una velocidad máxima de 273 km/h.
En el exterior, se reconoce a una legua de distancia su piel morena, que recubre los paragolpes de fibra de vidrio, material con el que están hechos también tanto los arcos de las ruedas como el techo y el alerón posterior. Los faros delanteros van recubiertos de metacrilato y las tomas de aire laterales son de plástico. En los laterales, los terminales de escape y el emblema dorado ‘Maintain Right’ acaban de dar empaque a la lograda imitación.
Las ruedas son M+S de dimensiones 235/60 R 15 y códigos de homologación de carga y velocidad 98S (750 kg, 180 km/h), lo cual resulta algo peculiar si atendemos a la velocidad máxima a la que dicen que ha rodado el bicho. Eso sí, los flancos vienen con el “BF Goodrich Radial T/A” marcado en blanco, como está mandado. Cuenta con diferencial de deslizamiento limitado, frenos de disco en las cuatro ruedas y pinzas de freno en color oro.
En el interior, cinco asientos de escay (o skay, skai, escai…) negro con sus cinco cinturones de seguridad y una espartana alfombrilla del mismo color con bandas de goma. Como elemento de confort cuenta con calefacción —por si fuera necesaria con semejantes asientos—, y es que este en el fondo es un coche para conductores duros. Por algo cuenta con emisora de radio… y hasta con sirena, aunque esta sea sólo para montar el sarao, nunca para circular con ella en marcha.
A ver, que siendo una réplica y tal… por 94.373 euros barato no es. Pero sin ser barato, quizá algún entusiasta de la obra cinematográfica de Mel Gibson esté dispuesto a darlo todo por esta belleza. Porque hay que reconocer que el Falcon en cuestión tiene su punto…