Agentes del servicio de aduanas de la Policía Francesa del paso fronterizo entre Mulhouse y Basilea detuvieron el pasado jueves 7 de febrero a un individuo leonés de alrededor de 50 años de edad al que se sorprendió a bordo del tren Zurich-Paris portando entre sus ropas y en una bolsa de deportes 3.752 billetes de 500 euros.
Propietario de una agencia de viajes en Madrid, soltero y sin hijos, había montado su vida en la capital de España. La crisis estaba a punto de llevarse su empresa por delante y tuvo que buscar salidas. Un hermano suyo que trabajaba en un banco de Zurich le ofreció una salida fácil: «Sólo había que repatriar dos millones de euros de un par de empresarios vascos que tenían cuentas fuera de España y a cambio del servicio, le pagarían 80.000 euros», explicó la abogada que le defiende al diario El Mundo.
El leonés aterrizó en Suiza el 5 de febrero en un avión. Al día siguiente le entregaron los billetes de 500 euros (binladens en el argot de este tipo de traficantes). La Policía tuvo constancia de lo que estaba ocurrieno, basicamente porque no había preparado en exceso la operación y porque recurrió al tópico de esconder el dinero bajo la ropa, en lugar de aprovechar el doble fondo de un maletín, zonas recónditas de los automóviles o incluso su propio estómago. Copiando el sistema de quienes trafican con droga, este tipo de «mulas» pueden llegar a portar hasta 150.000 euros repartidos en 75 cápsulas de billetes morados de 500 euros.
No fue mala suerte
Agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal consideran que actuaciones de este tipo tienen poco que ver con la suerte y mucho con los seguimientos previos. Además, el leonés no era un delincuente profesional como lo denota el hecho de que apenas unos minutos después de comenzar el interrogatorio delatara a los dos empresarios vascos para los que iba a realizar la transacción. En un primer momento se desataron las alarmas pensando que podía tratarse de una operación relacionada con ETA, pero pronto se descartó éste extremo.
Los agentes del servicio de aduanas de Francia se incautaron en el año 2011 de 84 millones de euros que se intentaban trasvasar de forma ilegal y física a través de sus fronteras. En Italia se interceptaron 54,4 millones de euros en 650 actuaciones durante el año 2012.
En los círculos más cercanos al detenido leonés, la preocupación fundamental pasa por la posibilidad de que su negocio se resienta todavía más de lo que ya lo estaba debido al periodo que va a permanecer fuera de España. Antes, las nóminas de los empleados se comían los ingresos casi antes de que llegaran a la caja. Ahora, la cuestión es cómo salir de este bache.
Habitualmente, este tipo de mulas transportan el dinero a paraísos fiscales, es muy raro que traten de adentrarse en España con estas cantidades. Los movimientos de entrada de capitales parecen muy fuertes últimamente.
FUENTE:diariodeleon.es
Propietario de una agencia de viajes en Madrid, soltero y sin hijos, había montado su vida en la capital de España. La crisis estaba a punto de llevarse su empresa por delante y tuvo que buscar salidas. Un hermano suyo que trabajaba en un banco de Zurich le ofreció una salida fácil: «Sólo había que repatriar dos millones de euros de un par de empresarios vascos que tenían cuentas fuera de España y a cambio del servicio, le pagarían 80.000 euros», explicó la abogada que le defiende al diario El Mundo.
El leonés aterrizó en Suiza el 5 de febrero en un avión. Al día siguiente le entregaron los billetes de 500 euros (binladens en el argot de este tipo de traficantes). La Policía tuvo constancia de lo que estaba ocurrieno, basicamente porque no había preparado en exceso la operación y porque recurrió al tópico de esconder el dinero bajo la ropa, en lugar de aprovechar el doble fondo de un maletín, zonas recónditas de los automóviles o incluso su propio estómago. Copiando el sistema de quienes trafican con droga, este tipo de «mulas» pueden llegar a portar hasta 150.000 euros repartidos en 75 cápsulas de billetes morados de 500 euros.
No fue mala suerte
Agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal consideran que actuaciones de este tipo tienen poco que ver con la suerte y mucho con los seguimientos previos. Además, el leonés no era un delincuente profesional como lo denota el hecho de que apenas unos minutos después de comenzar el interrogatorio delatara a los dos empresarios vascos para los que iba a realizar la transacción. En un primer momento se desataron las alarmas pensando que podía tratarse de una operación relacionada con ETA, pero pronto se descartó éste extremo.
Los agentes del servicio de aduanas de Francia se incautaron en el año 2011 de 84 millones de euros que se intentaban trasvasar de forma ilegal y física a través de sus fronteras. En Italia se interceptaron 54,4 millones de euros en 650 actuaciones durante el año 2012.
En los círculos más cercanos al detenido leonés, la preocupación fundamental pasa por la posibilidad de que su negocio se resienta todavía más de lo que ya lo estaba debido al periodo que va a permanecer fuera de España. Antes, las nóminas de los empleados se comían los ingresos casi antes de que llegaran a la caja. Ahora, la cuestión es cómo salir de este bache.
Habitualmente, este tipo de mulas transportan el dinero a paraísos fiscales, es muy raro que traten de adentrarse en España con estas cantidades. Los movimientos de entrada de capitales parecen muy fuertes últimamente.
FUENTE:diariodeleon.es