Dicen que los ancianos gozan del preciado don de la sabiduría, en el caso de la industria del automóvil en el mejor de los casos la edad se traduce en culto a la estética; en muchos otros, en que tiempos pasados siempre fueron mejores; y en todos ellos refleja el legado de una marca para entender su propio presente.
Creo que venía muy a cuento mencionar la iniciativa de Volvo en Estados Unidos y su manera de premiar a sus clientes más fieles y a los propietarios de aquellos Volvo más veteranos y ancianos. Cualquiera que haya tenido uno o varios Volvo durante los últimos diez años (por supuesto, consecutivos), o que tenga en su garaje un Volvo con más de 100.000 millas (161.000 kilómetros), tendrá derecho a pertenecer al Volvo Heritage Club, una iniciativa de la marca para ofrecer promociones especiales, invitaciones a eventos y pruebas a sus fieles clientes y mucho más.
Pero la pertenencia al Volvo Heritage Club también conlleva la asignación de medallas por los hitos conseguidos por sus propietarios, una escala de medallas que indicará sus méritos como propietarios de Volvo y probablemente permitirá acceder a promociones más o menos importantes.
En relación con los años de matrimonio entre el cliente y el Volvo habrá cuatro medallas para los 10, 15, 20 y 25 años, con el máximo mérito para el que haya celebrado ya sus Bodas de Plata con un Volvo. En cuanto a kilometraje (en millas), los hitos oscilarán entre las 100.000 millas y el millón de millas.
Aunque sinceramente creo que Volvo debería preparar una medalla especial y un trato si cabe aún más preferencial para el señor Irv Gordon y su Volvo P1800 que a día de hoy roza los tres millones de millas, o lo que es lo mismo, más de 4.700.000 kilómetros. Y lo mejor de todo es que su máquina sigue en un estado impecable, como el mismo día que salió del concesionario hace ahora 46 años.