Para la Fahrergemeinschaft Historischer Rennsport en Nürburgring
Tras Le Mans en 1955 Mercedes-Benz se retiraba oficialmente de la competición automovilística de alto nivel, ya que un accidente de una de las “flechas plateadas” hirió a decenas de personas y terminó con las vidas de más de 50 espectadores en uno de los peores accidentes en competición de la historia. A principios de los años 60 los esfuerzos eran mucho inferiores y se centraban fundamentalmente en los rallye. El apoyo oficial era grande, y se centraba en las berlinas Mercedes 220 SE y 300 SE, apodados “Fintail”.
Coches robustos y potentes, que lograron muchas victorias a manos de grandes como Eugen Böhringer en lugares míticos como Montecarlo, Lagos o la carrera de resistencia Argentine Road Grand Prix, 4.600 km con una variación de alturas de hasta 3.000 metros. Tras casi cincuenta años, en la Fahrergemeinschaft Historischer Rennsport volverá a competir un Mercedes “Fintail”, apodado de esa manera por la forma de las aletas que orgullosos portaban a ambos lados del portón del maletero.
Esta competición es una carrera de resistencia para clásicos, que tendrá lugar los días 22 y 23 de octubre. Mercedes, en cooperación con el Mercedes-Benz Classic Center, ha fabricado un nuevo Mercedes “Fintail”, partiendo de un Mercedes 220 SE clásico. Se han respetado todos los documentos originales en su construcción, así como la normativa actual de la FIA, que exige una jaula antivuelco, un depósito de combustible de seguridad (100 litros) y dispositivos de extinción de incendios reglamentarios.
El rigor histórico también llega a su pintura gris – codigo DB 140 - o a los faros frontales, que le otorgan un aire vintage irreemplazable. El motor que lleva esta berlina aligerada es un 2.2 de seis cilindros en línea, que es capaz de desarrollar 120 CV a 4.800 rpm, y propulsar al “Fintail” hasta los 170 km/h. El coche monta discos de freno delanteros de 258 mm y una caja de cambios manual de cuatro relaciones. Un clásico moderno que seguramente causará sensación cuando sea mostrado al público.
Tras Le Mans en 1955 Mercedes-Benz se retiraba oficialmente de la competición automovilística de alto nivel, ya que un accidente de una de las “flechas plateadas” hirió a decenas de personas y terminó con las vidas de más de 50 espectadores en uno de los peores accidentes en competición de la historia. A principios de los años 60 los esfuerzos eran mucho inferiores y se centraban fundamentalmente en los rallye. El apoyo oficial era grande, y se centraba en las berlinas Mercedes 220 SE y 300 SE, apodados “Fintail”.
Coches robustos y potentes, que lograron muchas victorias a manos de grandes como Eugen Böhringer en lugares míticos como Montecarlo, Lagos o la carrera de resistencia Argentine Road Grand Prix, 4.600 km con una variación de alturas de hasta 3.000 metros. Tras casi cincuenta años, en la Fahrergemeinschaft Historischer Rennsport volverá a competir un Mercedes “Fintail”, apodado de esa manera por la forma de las aletas que orgullosos portaban a ambos lados del portón del maletero.
Esta competición es una carrera de resistencia para clásicos, que tendrá lugar los días 22 y 23 de octubre. Mercedes, en cooperación con el Mercedes-Benz Classic Center, ha fabricado un nuevo Mercedes “Fintail”, partiendo de un Mercedes 220 SE clásico. Se han respetado todos los documentos originales en su construcción, así como la normativa actual de la FIA, que exige una jaula antivuelco, un depósito de combustible de seguridad (100 litros) y dispositivos de extinción de incendios reglamentarios.
El rigor histórico también llega a su pintura gris – codigo DB 140 - o a los faros frontales, que le otorgan un aire vintage irreemplazable. El motor que lleva esta berlina aligerada es un 2.2 de seis cilindros en línea, que es capaz de desarrollar 120 CV a 4.800 rpm, y propulsar al “Fintail” hasta los 170 km/h. El coche monta discos de freno delanteros de 258 mm y una caja de cambios manual de cuatro relaciones. Un clásico moderno que seguramente causará sensación cuando sea mostrado al público.