Otro deportivo Ingles.
Una vez que Triumph comienza a restringir la producción de los motores de cuatro cilindros que desde siempre había fabricado para la firma británica Morgan y su modelo Plus 4, ésta se ve en la necesidad de buscar una alternativa urgente. Después de una fase experimental, era la primera vez en veinte años que la marca cambiaba de proveedores; en esta ocasión se inclina por las unidades de ocho cilindros en V de la casa Rover de Solihull. Estos motores conservaban su estado original, tal y como cuando eran montados por la marca americana Buick, de la cual Rover habia adquirido los derechos de patente y p
roducción a finales de 1967.
Al cabo de algún tiempo se presenta el Plus 8, que aparece como una sencilla evolución desarrollada del Plus 4, con el que compartía ciertos elementos, como la caja de cambios Moss independiente o el mismo tipo de chasis de sección en Z. Ambos modelos tenían además en común el sistema de suspensión y una deportiva carrocería biplaza de estilo similar, fabricada utilizando métodos artesanos. De hecho, se puede afirmar que el aspecto externo permanecía inalterado, a no ser por las llantas de aleación, que ahora sustituyen al tradicional conjunto de radios.
Comparando con el Plus 4, presentaba un ancho de batalla de mayores proporciones y unas vías más anchas, lo que implicaba una ligera pero significativa alteración en los contornos de la carrocería, Teniendo en cuenta lo reacia que era la compañía a cambiar su política de producción, es fácil imaginarse que esta serie de innovaciones con respecto al modelo anterior, llevaron asociados una costosa reforma técnica, cuyos efectos se concretan en una revitalización del aspecto y las prestaciones del Plus 8, Morgan ofrecía ahora un magnífico automóvil dotado de una potencia de 148 CV, que le permitían alcanzar una velocidad de 200 km/h, con un estupendo nivel de manejo que dejaba boquiabierto a cualquiera que tuviese la fortuna de probarlo; poco que ver con los tímidos 160 km/h del modelo anterior.
Como no podía ser menos, sus prestaciones iban muy por encima de lo que el antiguo chasis podía soportar; de todos modos, los frenos y las excelentes características de los neumáticos utilizados contribuían a mantener intacto el gran nivel de seguridad.
En cuanto a su conducción, hay que decir que éste era un coche bastante brusco y que su nivel de protección contra los fenómenos atmosféricos era rudimentario, hechos a los que había que añadir la circunstancia de que, en general, el motor era demasiado ruidoso. A pesar de ello, la lista de pedidos continuaba engordando de forma imparable, hasta tal punto que aún hoy en día, 30 años después de su presentación, sigue siendo normal tener que esperar hasta cinco años para recibir un ejemplar adquirido.
La política de producción de la casa dictaba un máximo de doce ejemplares fabricados a la semana, de los cuales cuatro eran Plus 8, y según parece la familia Morgan,
que todavía rige la compañía, no tiene la más mínima intención de alterar su ritmo de trabajo. Tres décadas después de su lanzamiento al mercado, el Plus continúa siendo un modelo importante para la marca, que pretende mantenerlo invariable hasta que se agote la demanda. Desde el comienzo sólo se ofrece la versión biplaza con carrocería de acero, si bien son frecuentes alguna que otra unidad con paneles de aleación ligera. Poco a poco se han ido actualizando el motor, el sistema transmisión y las prestaciones en general, así como las vías, que vieron aumentada su anchura en diversas ocasiones. Aun así, el modelo de 1999 sigue siendo idéntico al de 1968.
Por dentro ha ido progresando con el paso de los años y en la actualidad se ofrece un motor de 3,9 litros con 182 CV; en la transmisión se ha hecho estándar una caja de cambios sincronizada de cinco velocidades, conectada al motor; además las ruedas y los neumáticos son ahora más gruesos. En 1983 se instala un sistema de dirección de cremallera y el salpicadero se va modernizando. Todas estas mejoras progresivas
repercuten por supuesto en el peso, que ahora asciende a los 940 kg sin carga.
Morgan nunca se sintió en la necesidad de ofrecer sistemas de transmisión automática, suspensiones más suaves, estilos alternativos de la carrocería o diseños en general más atractivos y puede que ésta sea precisamente la clave de su éxito, sencillamente lo que demandaba su clientela. Hasta el presente se han fabricado un total de 5.000 ejemplares del Plus 8 y, según parece, la casa Morgan todavía dará mucho que hablar en el nuevo siglo
Una vez que Triumph comienza a restringir la producción de los motores de cuatro cilindros que desde siempre había fabricado para la firma británica Morgan y su modelo Plus 4, ésta se ve en la necesidad de buscar una alternativa urgente. Después de una fase experimental, era la primera vez en veinte años que la marca cambiaba de proveedores; en esta ocasión se inclina por las unidades de ocho cilindros en V de la casa Rover de Solihull. Estos motores conservaban su estado original, tal y como cuando eran montados por la marca americana Buick, de la cual Rover habia adquirido los derechos de patente y p
roducción a finales de 1967. Al cabo de algún tiempo se presenta el Plus 8, que aparece como una sencilla evolución desarrollada del Plus 4, con el que compartía ciertos elementos, como la caja de cambios Moss independiente o el mismo tipo de chasis de sección en Z. Ambos modelos tenían además en común el sistema de suspensión y una deportiva carrocería biplaza de estilo similar, fabricada utilizando métodos artesanos. De hecho, se puede afirmar que el aspecto externo permanecía inalterado, a no ser por las llantas de aleación, que ahora sustituyen al tradicional conjunto de radios.
Comparando con el Plus 4, presentaba un ancho de batalla de mayores proporciones y unas vías más anchas, lo que implicaba una ligera pero significativa alteración en los contornos de la carrocería, Teniendo en cuenta lo reacia que era la compañía a cambiar su política de producción, es fácil imaginarse que esta serie de innovaciones con respecto al modelo anterior, llevaron asociados una costosa reforma técnica, cuyos efectos se concretan en una revitalización del aspecto y las prestaciones del Plus 8, Morgan ofrecía ahora un magnífico automóvil dotado de una potencia de 148 CV, que le permitían alcanzar una velocidad de 200 km/h, con un estupendo nivel de manejo que dejaba boquiabierto a cualquiera que tuviese la fortuna de probarlo; poco que ver con los tímidos 160 km/h del modelo anterior.
Como no podía ser menos, sus prestaciones iban muy por encima de lo que el antiguo chasis podía soportar; de todos modos, los frenos y las excelentes características de los neumáticos utilizados contribuían a mantener intacto el gran nivel de seguridad.
En cuanto a su conducción, hay que decir que éste era un coche bastante brusco y que su nivel de protección contra los fenómenos atmosféricos era rudimentario, hechos a los que había que añadir la circunstancia de que, en general, el motor era demasiado ruidoso. A pesar de ello, la lista de pedidos continuaba engordando de forma imparable, hasta tal punto que aún hoy en día, 30 años después de su presentación, sigue siendo normal tener que esperar hasta cinco años para recibir un ejemplar adquirido.
La política de producción de la casa dictaba un máximo de doce ejemplares fabricados a la semana, de los cuales cuatro eran Plus 8, y según parece la familia Morgan,
que todavía rige la compañía, no tiene la más mínima intención de alterar su ritmo de trabajo. Tres décadas después de su lanzamiento al mercado, el Plus continúa siendo un modelo importante para la marca, que pretende mantenerlo invariable hasta que se agote la demanda. Desde el comienzo sólo se ofrece la versión biplaza con carrocería de acero, si bien son frecuentes alguna que otra unidad con paneles de aleación ligera. Poco a poco se han ido actualizando el motor, el sistema transmisión y las prestaciones en general, así como las vías, que vieron aumentada su anchura en diversas ocasiones. Aun así, el modelo de 1999 sigue siendo idéntico al de 1968.
Por dentro ha ido progresando con el paso de los años y en la actualidad se ofrece un motor de 3,9 litros con 182 CV; en la transmisión se ha hecho estándar una caja de cambios sincronizada de cinco velocidades, conectada al motor; además las ruedas y los neumáticos son ahora más gruesos. En 1983 se instala un sistema de dirección de cremallera y el salpicadero se va modernizando. Todas estas mejoras progresivas
repercuten por supuesto en el peso, que ahora asciende a los 940 kg sin carga.
Morgan nunca se sintió en la necesidad de ofrecer sistemas de transmisión automática, suspensiones más suaves, estilos alternativos de la carrocería o diseños en general más atractivos y puede que ésta sea precisamente la clave de su éxito, sencillamente lo que demandaba su clientela. Hasta el presente se han fabricado un total de 5.000 ejemplares del Plus 8 y, según parece, la casa Morgan todavía dará mucho que hablar en el nuevo siglo
