Historia del Mercedes SL: 60 años del 'deportivo ligero'
Por: Redacción. Dom, 18/03/2012 - 12:30
La historia del Mercedes SL cumple 60 años. Era un coche pensado para la competición, pero tras el éxito que tuvo en la Carrera Panamericana, el importador de Mercedes en EEUU ofreció un cheque en blanco a la fábrica para que produjera 1.000 unidades. En 1954 sale a la venta, y 60 años después sigue dando guerra con una nueva generación.
La historia del Mercedes SL tiene un origen 'racing', ya que en un principio se concibió como un coche de carreras. Pronto comenzaría a ganar importantes pruebas, y los amantes de este Mercedes también querían sentir las vibraciones al pilotar el SL. Pero eso sí, esta vez en la calle. De este modo, el deportivo que acaba de soplar 60 velas, pasó a ser un modelo en serie que no sólo sobrevive, sino que se espera una nueva versión.
Mercedes iba a volver al mundo de la competición. Asimismo, El 15 de junio de 1951, la dirección tomó la decisión, y nueve meses después, el 13 de marzo de 1952, nació este coche deportivo con motor de seis cilindros y carrocería de aluminio. Fue sencillo ponerle un nombre: la S de 'sport' (deportivo) y la L de 'Leicht' (ligero). La historia del Mercedes SL comenzaba su andadura.
El SL compitió en su primera carrera en la Mille Miglia de Italia. Quedó en segunda posición por detrás de un Ferrari 250 S. En Le Mans logró un doblete y en Nürburgring, el "Infierno Verde", los cuatro primeros fueron SL. Tambíen consiguió un gran prestigio en Ámerica al conquistar la Carrera Panamericana. Nadie hasta esa fecha había recorrido los 3.100 kilómetros de la prueba en tan poco tiempo: los pilotos Karl Kling y Hans Klenk llevaron a la meta el bólido de 870 kilos y 180 caballos, que alcanzaba los 240 km/h. Su tiempo fue de casi 19 horas. Eran otros tiempos. Ni siquiera los frenó un accidente contra un buitre. El duo que también conquistó la Mille Miglia en 1955, se hizo con el récord de velocidad media: 165 km/h.
Que este coche de carreras pasara a ser de calle, hay que agradecérselo a hombres como Maxi Hoffmann. Era un entusiasta importador de coches, un estadounidense con raíces austriacas que ya había llevado a su país el Porsche 356. A Hoffmann se le atribuye que EEUU sea el segundo mayor mercado de Porsche. El estadounidense pidió el SL a Stuttgart, y ofreció incluso un cheque en blanco por 1.000 unidades. Al final, los alemanes cedieron y acordaron el desarrollo en serie con el código de fábrica W198. Un año después de vencer en la Panamericana, Hoffmann había cumplido su 'sueño americano' con el Mercedes 300 SL. La primera generación del SL salió en serie hasta 1963.
La historia del Mercedes SL continúa: el modelo de serie de mediados de los 50 mantiene la estética deportiva en su quinta generación. Pero quien tenga la suerte de montar en uno de los años 60, sentirá ese espíritu de competición con un motor de inyección directa de seis cilindros y tres litros, que proporciona 215 caballos, y pasa de 0 a 100 km/h en menos de diez segundos. Tiene un límite de 260 km/h. Sus escapes, dirigidos más a los laterales, como en todos los modelos deportivos, suenan con mucha fuerza.
El interior se calienta tan rápido que no extraña que al poco del debut, se reclamara que se convirtiera en descapotable. A partir de 1957, se puso a la venta este modelo: el Mercedes 300 SL Roadster, con techo rígido desmontable o de lona.
El manejo del Mercedes 300 SL de entonces es una maravilla. Aunque no dispone de ayudas electrónicas, se mantiene sin problemas sobre la carretera. Sólo se necesita un poco de fuerza para activar el volante, delgado y grande, y para frenar de forma suave. Del original, sólo se hicieron 1.400 Coupés y 1.851 roadster. Un coche que era caro por sus prestaciones pero también por las pocas unidades que Mercedes fabricó en Stuttgart.
Según Michael Kunz, manager del Mercedes Classic Center de Irvine, en Los Angeles, el SL es junto a los Bugatti una de las piezas de coleccionista más caras. "Por un coche listo para arrancar se pagan fácilmente de 75.000 a 150.000 euros, y si está especialmente bien cuidado, el precio pasa los 600.000 euros".
La primera generación del SL es bastante cara. Sin embargo, Mercedes ha fabricado cinco generaciones. Por lo que, si no quieres gastarte una fortuna, puedes hacerte con un SL de la cuarta generación, que todavía tiene toques clásicos y está muy bien sobrevalorado. AUTO BILD ha encontrado uno de cuarta generación de 1995. Probamos el motor deportivo V8 con 326 CV. Tiene un interior señorial, y los asientos no agarran como otros deportivos, porque el acabado interior está pensado para el lujo. Un deportivo roadster con acabado 'deluxe' que está a la venta por 13.500 euros, en perfecto estado. "Además, es una buena inversión", dice el experto en clásicos, Michael Kunz. "Si se cuida bien y no sufre accidentes, el aumento del precio a largo plazo está casi garantizado", agrega.
Como sucesor del original, llegó en 1963 el Mercedes conocido como "Pagoda". En 1971 le siguió el R107 y en 1989 el último SL con techo de tela, el R129. El R230 de 2001 acabó con el techo en forma de fuelle que Mercedes luego recuperó para su hermano pequeño, el Mercedes SLK.
Para el 60 aniversario, llega ahora la siguiente generación. Fue presentada en enero en el Salón del Automóvil de Detroit, y en mayo saldrá al mercado a un precio de 93.534 euros. Como el original de los años 50, el nuevo modelo recupera por primera vez la carrocería de aluminio. La historia del Mercedes SL no se detiene...
via autobild
Por: Redacción. Dom, 18/03/2012 - 12:30
La historia del Mercedes SL cumple 60 años. Era un coche pensado para la competición, pero tras el éxito que tuvo en la Carrera Panamericana, el importador de Mercedes en EEUU ofreció un cheque en blanco a la fábrica para que produjera 1.000 unidades. En 1954 sale a la venta, y 60 años después sigue dando guerra con una nueva generación.
La historia del Mercedes SL tiene un origen 'racing', ya que en un principio se concibió como un coche de carreras. Pronto comenzaría a ganar importantes pruebas, y los amantes de este Mercedes también querían sentir las vibraciones al pilotar el SL. Pero eso sí, esta vez en la calle. De este modo, el deportivo que acaba de soplar 60 velas, pasó a ser un modelo en serie que no sólo sobrevive, sino que se espera una nueva versión.
Mercedes iba a volver al mundo de la competición. Asimismo, El 15 de junio de 1951, la dirección tomó la decisión, y nueve meses después, el 13 de marzo de 1952, nació este coche deportivo con motor de seis cilindros y carrocería de aluminio. Fue sencillo ponerle un nombre: la S de 'sport' (deportivo) y la L de 'Leicht' (ligero). La historia del Mercedes SL comenzaba su andadura.
El SL compitió en su primera carrera en la Mille Miglia de Italia. Quedó en segunda posición por detrás de un Ferrari 250 S. En Le Mans logró un doblete y en Nürburgring, el "Infierno Verde", los cuatro primeros fueron SL. Tambíen consiguió un gran prestigio en Ámerica al conquistar la Carrera Panamericana. Nadie hasta esa fecha había recorrido los 3.100 kilómetros de la prueba en tan poco tiempo: los pilotos Karl Kling y Hans Klenk llevaron a la meta el bólido de 870 kilos y 180 caballos, que alcanzaba los 240 km/h. Su tiempo fue de casi 19 horas. Eran otros tiempos. Ni siquiera los frenó un accidente contra un buitre. El duo que también conquistó la Mille Miglia en 1955, se hizo con el récord de velocidad media: 165 km/h.
Que este coche de carreras pasara a ser de calle, hay que agradecérselo a hombres como Maxi Hoffmann. Era un entusiasta importador de coches, un estadounidense con raíces austriacas que ya había llevado a su país el Porsche 356. A Hoffmann se le atribuye que EEUU sea el segundo mayor mercado de Porsche. El estadounidense pidió el SL a Stuttgart, y ofreció incluso un cheque en blanco por 1.000 unidades. Al final, los alemanes cedieron y acordaron el desarrollo en serie con el código de fábrica W198. Un año después de vencer en la Panamericana, Hoffmann había cumplido su 'sueño americano' con el Mercedes 300 SL. La primera generación del SL salió en serie hasta 1963.
La historia del Mercedes SL continúa: el modelo de serie de mediados de los 50 mantiene la estética deportiva en su quinta generación. Pero quien tenga la suerte de montar en uno de los años 60, sentirá ese espíritu de competición con un motor de inyección directa de seis cilindros y tres litros, que proporciona 215 caballos, y pasa de 0 a 100 km/h en menos de diez segundos. Tiene un límite de 260 km/h. Sus escapes, dirigidos más a los laterales, como en todos los modelos deportivos, suenan con mucha fuerza.
El interior se calienta tan rápido que no extraña que al poco del debut, se reclamara que se convirtiera en descapotable. A partir de 1957, se puso a la venta este modelo: el Mercedes 300 SL Roadster, con techo rígido desmontable o de lona.
El manejo del Mercedes 300 SL de entonces es una maravilla. Aunque no dispone de ayudas electrónicas, se mantiene sin problemas sobre la carretera. Sólo se necesita un poco de fuerza para activar el volante, delgado y grande, y para frenar de forma suave. Del original, sólo se hicieron 1.400 Coupés y 1.851 roadster. Un coche que era caro por sus prestaciones pero también por las pocas unidades que Mercedes fabricó en Stuttgart.
Según Michael Kunz, manager del Mercedes Classic Center de Irvine, en Los Angeles, el SL es junto a los Bugatti una de las piezas de coleccionista más caras. "Por un coche listo para arrancar se pagan fácilmente de 75.000 a 150.000 euros, y si está especialmente bien cuidado, el precio pasa los 600.000 euros".
La primera generación del SL es bastante cara. Sin embargo, Mercedes ha fabricado cinco generaciones. Por lo que, si no quieres gastarte una fortuna, puedes hacerte con un SL de la cuarta generación, que todavía tiene toques clásicos y está muy bien sobrevalorado. AUTO BILD ha encontrado uno de cuarta generación de 1995. Probamos el motor deportivo V8 con 326 CV. Tiene un interior señorial, y los asientos no agarran como otros deportivos, porque el acabado interior está pensado para el lujo. Un deportivo roadster con acabado 'deluxe' que está a la venta por 13.500 euros, en perfecto estado. "Además, es una buena inversión", dice el experto en clásicos, Michael Kunz. "Si se cuida bien y no sufre accidentes, el aumento del precio a largo plazo está casi garantizado", agrega.
Como sucesor del original, llegó en 1963 el Mercedes conocido como "Pagoda". En 1971 le siguió el R107 y en 1989 el último SL con techo de tela, el R129. El R230 de 2001 acabó con el techo en forma de fuelle que Mercedes luego recuperó para su hermano pequeño, el Mercedes SLK.
Para el 60 aniversario, llega ahora la siguiente generación. Fue presentada en enero en el Salón del Automóvil de Detroit, y en mayo saldrá al mercado a un precio de 93.534 euros. Como el original de los años 50, el nuevo modelo recupera por primera vez la carrocería de aluminio. La historia del Mercedes SL no se detiene...
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