El ASA 1000 GT nacía a comienzos de los años 60 como un encargo personal de Enzo Ferrari a Giotto Bizzarrini y el estudio de Bertone, que delegaría en Giorgetto Giugiaro (por entonces en Bertone) el trabajo de diseño de un gran turismo pensado para asaltar el mercado del pequeño deportivo picante donde Alfa Romeo y Abarth campaban a sus anchas por aquel entonces. Enzo había tenido la feliz idea de desarrollar un diminuto motor de cuatro cilindros, de apenas 1 litro de cilindrada y más de 100 CV. Parece que así ya vamos entendiendo mejor que este modelo no pudiera tener un sitio junto a los afinados V12 de la época.
Lo crean o no, el ASA 1000 GT desde sus primeros pasos en 1961 ya suponía una innovación importante que incluso podríamos trasladar a la era actual. Se estaba desarrollando un verdadero deportivo pasional y con buenas prestaciones pero a la vez muy eficiente y contenido, valores que están en pleno auge cinco décadas después.
Cuando todos esperaban la presentación del nuevo Ferrari Mille, un precioso GT italiano veía la luz en el Salón de Turín de 1961. Pero la deshonra del motor de cuatro cilindros y una concepción modesta, en casi todos los sentidos, hizo que su presentación se realizase fuera del stand de Ferrari. Su lanzamiento no se produciría hasta 1964 bajo una nueva marca nacida de una compañía química y las siglas ASA de Autocostruzioni Societa per Azioni. Pero no nos engañemos, el producto final no era nada barato. Es más, no estaba tan alejado de los Ferrari 250 de la época, por lo que su producción fue bastante discreta.
Definitivamente estuvo dotado de un motor de 1.032 cm3 que jamás lució ningún cavallino, aunque a nadie se le escapa que estaba basado en el motor de Enzo que a su vez se basó en el V12 de Ferrari. Homologaba 95 CV (después llegó a 105 CV). Piensen cuantos motores a día de hoy y con un litro o menos de desplazamiento logran superar los 100 CV. No son demasiados. El susodicho lograba alcanzar los 185 km/h, nada mal para su base mecánica en aquella época.